ENVEJECIMIENTO FACIAL CON EL ADELGAZAMIENTO

7 de noviembre de 2024

Se han observado cambios en la apariencia facial de muchas personas: rostros más afilados, delgados y envejecidos. Dos conceptos han surgido para dar una posible explicación a este fenómeno: las “caras Ozempic” y las “caras de corredor”. Según un artículo publicado en El País


Por un lado, las “caras Ozempic”, el fármaco Ozempic, usado en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, ha mostrado gran eficacia para la pérdida de peso rápida. Sin embargo, vemos que no distingue entre la reducción de grasa y la pérdida de masa muscular, lo que puede dar lugar a un aspecto envejecido, con líneas de expresión y arrugas difíciles de revertir.


Por otro lado, el efecto “la cara de corredor” (running), aquellas caras más afiladas de los atletas corredores. Muchos expertos señalan que no se puede atribuir el efecto únicamente al ejercicio físico, sino también a la falta de hidratación y a la continua exposición solar. 


Por consiguiente, todavía es pronto para poder valorar el efecto real del Ozempic o del ejercicio al aire libre en el problema de las caras envejecidas y afiladas. Lo que sí se recomienda, para quienes buscan perder peso, hacerlo de manera controlada, incorporando colágeno a su rutina para prevenir la pérdida de elasticidad de la piel y mantener su salud a largo plazo. 


En opinión del Dr. Carbonell y E. Llinas, es importante que para hacer un adelgazamiento controlado se realice de la mano de un profesional experto que valore tanto la pérdida de peso como el impacto global que pueda tener sobre la apariencia.


Por Instituto Carbonell 9 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando la pareja se sumerge en el móvil durante los momentos compartidos —en una cita, paseando o incluso en la intimidad en casa— se genera una desconexión emocional que puede vivirse como abandono o invisibilidad. Señala que muchos llevamos una “vida digital paralela” que no es necesariamente negativa, pero que sí puede despertar inseguridad: la sensación de que el otro está más presente en redes, amistades o incluso aplicaciones de citas que en la relación real. Advierte que, cuando uno toma el móvil, el otro suele imitarlo, y así ambos terminan desconectados, como esas parejas que vemos en restaurantes sin hablarse. Ese tiempo perdido no fortalece la relación y, por el contrario, la debilita, porque “todo lo que no suma, resta”. Por ello, recomienda acordar límites claros sobre el uso del teléfono, especialmente durante los momentos de calidad. Subraya que incluso quienes trabajan con el móvil deben aceptar que su pareja pueda pedirles espacio libre de pantallas. La idea central es proteger la relación y priorizar el vínculo por encima de la distracción digital.
Por Instituto Carbonell 8 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que la deslealtad suele doler porque damos por hecho que los demás actuarán como nosotros: con coherencia, respeto, discreción y fidelidad. Señala que muchas decepciones, ya sea en amistades, pareja o trabajo, nacen de esperar que otros mantengan compromisos, cuiden lo que sabemos de ellos o respeten nuestra confianza del mismo modo en que nosotros lo hacemos. Sin embargo, aclara que cada persona interpreta la realidad de manera distinta y que, a veces, incluso quien nos hiere cree que nosotros hemos fallado primero. Por ello recomienda no crearse expectativas rígidas, asumir que los demás no necesariamente piensan igual y evitar compartir información íntima con cualquiera. Concluye que ciertos temas personales deben reservarse para espacios seguros —como un terapeuta— para protegernos y reducir el impacto de la deslealtad.
Por Instituto Carbonell 7 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien dice que “no quiere compromiso”, en realidad suele estar protegiéndose del sufrimiento acumulado por repetidas decepciones amorosas. Comenta que muchas personas han vivido rupturas, planes frustrados e ilusiones fallidas hasta el punto de concluir que acercarse afectivamente implica un riesgo demasiado alto. Por eso optan por relaciones sin compromiso, no por falta de interés en conectar, sino por miedo a volver a ser heridas. Añade que quienes han sido dejados muchas veces son precisamente quienes más tienden a renunciar al amor, pensando incluso que el problema está en ellos. Concluye que esta evitación no es desinterés, sino un mecanismo de defensa: prefieren mantener amistades sanas y abrirse solo si un vínculo especial surge de forma natural, sin exponerse nuevamente a un dolor que ya conocen demasiado bien.