¿Lloras sin motivo?

23 de abril de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona sobre una experiencia emocional que muchas personas viven pero que pocas se atreven a compartir abiertamente: llorar sin motivo aparente. Según explica, hay momentos en los que uno se despierta y lo ve todo oscuro, como si una neblina emocional envolviera la mente y el corazón, impidiendo ver cualquier cosa positiva a su alrededor.


Este tipo de malestar puede ser transitorio y, si ocurre de forma esporádica, no representa necesariamente un problema grave. Pero el verdadero riesgo aparece cuando esta sensación se mantiene en el tiempo, cuando el vacío, la melancolía y la falta de sentido se vuelven una constante. En estos casos, Carbonell advierte que podríamos estar ante los primeros signos de una depresión, o incluso ya inmersos en ella sin darnos cuenta.


Uno de los factores más desalentadores para quienes sufren esto es la incomprensión del entorno. La gente tiende a decir frases como “tienes todo, no deberías estar mal”, lo cual no solo no ayuda, sino que puede aumentar la culpa y el aislamiento emocional. Y es que el dolor emocional no siempre tiene una causa visible o racional, y eso no lo hace menos válido ni menos serio.


Por eso, el doctor subraya la importancia de no quedarse de brazos cruzados. Si estas emociones persisten, hay que buscar ayuda profesional sin vergüenza ni demora. Consultar con un terapeuta o psiquiatra puede ser clave para entender qué está ocurriendo y empezar a trabajar en una recuperación.



Finalmente, Carbonell recuerda que la felicidad no es un estado automático, sino el resultado de un trabajo constante por conocerse, cuidarse y rodearse de bienestar. Y ese trabajo empieza por escuchar nuestras emociones, incluso cuando no parecen tener explicación.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.