¿Lloras sin motivo?

23 de abril de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona sobre una experiencia emocional que muchas personas viven pero que pocas se atreven a compartir abiertamente: llorar sin motivo aparente. Según explica, hay momentos en los que uno se despierta y lo ve todo oscuro, como si una neblina emocional envolviera la mente y el corazón, impidiendo ver cualquier cosa positiva a su alrededor.


Este tipo de malestar puede ser transitorio y, si ocurre de forma esporádica, no representa necesariamente un problema grave. Pero el verdadero riesgo aparece cuando esta sensación se mantiene en el tiempo, cuando el vacío, la melancolía y la falta de sentido se vuelven una constante. En estos casos, Carbonell advierte que podríamos estar ante los primeros signos de una depresión, o incluso ya inmersos en ella sin darnos cuenta.


Uno de los factores más desalentadores para quienes sufren esto es la incomprensión del entorno. La gente tiende a decir frases como “tienes todo, no deberías estar mal”, lo cual no solo no ayuda, sino que puede aumentar la culpa y el aislamiento emocional. Y es que el dolor emocional no siempre tiene una causa visible o racional, y eso no lo hace menos válido ni menos serio.


Por eso, el doctor subraya la importancia de no quedarse de brazos cruzados. Si estas emociones persisten, hay que buscar ayuda profesional sin vergüenza ni demora. Consultar con un terapeuta o psiquiatra puede ser clave para entender qué está ocurriendo y empezar a trabajar en una recuperación.



Finalmente, Carbonell recuerda que la felicidad no es un estado automático, sino el resultado de un trabajo constante por conocerse, cuidarse y rodearse de bienestar. Y ese trabajo empieza por escuchar nuestras emociones, incluso cuando no parecen tener explicación.

Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.
Por Instituto Carbonell 23 de abril de 2025
El perfeccionismo te daña - no siempre hay que darlo todo