¿Cómo identificar la fatiga pandémica? Consejos para afrontarla
9 de febrero de 2021
Hace un año que la OMS comunicó la pandemia mundial que estamos atravesando a causa del coronavirus. Nos tocó aprender a vivir de manera diferente, tanto a nivel social, familiar e incluso laboral. Los continuos cambios y la incertidumbre han hecho que afloren más sentimientos negativos.
Nuestro cuerpo dispone de un mecanismo natural para enfrentarse a situaciones desconocidas. Por eso, ante la situación actual y durante el confinamiento, nuestro organismo ha estado en constante defensa. Este estrés mantenido durante tanto tiempo puede hacer que aparezca dificultad para dormir, tristeza, desmotivación o un continuo cansancio.
Según la OMS, el 60% de la población en Europa está sufriendo este conjunto de síntomas, al que ha llamado “fatiga pandémica”.
Consecuencia de los meses de incertidumbre y la modificación de nuestros hábitos.
Algunas de las recomendaciones
para mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el cansancio son:
- Detectar aquellos pensamientos y emociones que nos pueden estar afectando. A veces podemos sentirnos como en una montaña rusa emocional. Es normal sentirnos así.
- Hacer actividades agradables, tales como pasear, leer, dibujar... Debido a las restricciones, muchas cosas de nuestro día a día no se pueden hacer. Un consejo es hacer una lista de actividades sencillas diarias que nos gusten, intentando adaptarlas a las posibilidades de nuestro entorno y que sean, idealmente, fuera de casa.
- Intentar mantener las relaciones sociales. Tener que respetar una distancia de seguridad no significa dejar de comunicarnos con nuestro entorno. Hoy en día las nuevas tecnologías nos dan una amplia gama de posibilidades para poder estar en contacto con nuestros seres queridos. Aunque debemos intentar no hacer un uso abusivo de la tecnología.
- Procurar gestionar la información. Se recomienda fijar un horario para las noticias relacionadas con la actualidad. Podemos dedicar el tiempo a aprender nuevas habilidades y conocimientos. Tal vez es un buen momento para iniciar o retomar algún curso de idiomas, música, informática, …
En opinión del Dr. Carbonell, sin duda la vida nos ha cambiado y ha requerido que hiciéramos un esfuerzo para adaptarnos a esta nueva situación, lo que muchas personas le ha llevado a padecer la “fatiga pandémica”. En este artículo identificamos los principales síntomas y posibles remedios. Hay que tener en cuenta que aquellos que ya padecían una enfermedad mental, este síndrome no aparece como tal sino como un agravamiento de su enfermedad. En ambos casos, si afecta al funcionamiento diario es importante acudir a un profesional de la salud mental.
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo. En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.

El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.

El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.


