Cómo reconocer y vencer el Síndrome Postvacacional

9 de septiembre de 2014

Depresión Post Vacacional

Regresar de unas vacaciones no siempre supone haber cargado las pilas. Hay quien sufre el síndrome de depresión post-vacacional. El Dr. José Carbonell, Psiquiatra, analiza cuales son los motivos que llevan a esta negativa situación, tras haber dispuesto de un período de descanso. Sus observaciones, algunas de ellas a modo de consejo pueden servir para aquellas personas afectadas. ¿Qué puede entenderse como depresión post-vacacional? Aunque pueda sonar extraño, un acontecimiento agradable también puede desencadenar en problema, como en este caso lo es la Depresión Post Vacacional. Es importante entender en qué condiciones llegamos a las, posiblemente, tras haber cubierto las vacaciones de otros, estamos agotados y con muchas ilusiones de pasárselo bien, recuperar la vida de pareja y la familiar. Cuando nos vamos de vacaciones, nos liberamos de la carga de las responsabilidades diarias. Es como si a un carguero lleno de contenedores lo descargásemos, es la sensación de tener mayor maniobrabilidad para navegar sin ataduras, viendo las olas de lejos. Al volver de las vacaciones, lleno de ilusión y energía, nos recargamos de responsabilidades rápidamente, sumiéndonos en una especie de duelo por la libertad que vemos perder, “de nuevo las olas vuelven a golpear el casco del barco”. La capacidad de adaptarse a estos cambios es lo que marcará nuestro riesgo de padecer el síndrome depresivo postvacacional, y eso depende de nuestra vulnerabilidad individual, o de las circunstancias que nos rodean. A nivel individual influye nuestra manera de ser, más o menos sensible, o si hemos padecido ansiedad o depresión, Corno factores externos tenemos el exceso de responsabilidades, como la casa, familia, hijos, trabajo, cuidado de mayores, etc… Las personas sensibles y con muchas responsabilidades serán las más vulnerables. Tampoco hay que olvidar que después del verano viene el otoño, que de por si ya es difícil de afrontar. A quienes les ocurre, ¿corro pueden reconocerlo? Cuando notamos que empezamos a no poder funcionar con normalidad, que no tenemos ilusión por hacer cosas, que nos falta energía o nos cansamos con facilidad, y nos sentimos decaídos, irritables con los que nos rodean, ¡ojo! podemos estar frente a una depresión. Como he comentado, una persona sensible puede no poder adaptarse a estos cambios y pasar del disgusto de acabar las vacaciones, a un trastorno adaptativo de tipo depresivo o incluso a una depresión postvacacional. ¿Cuál es el mejor tratamiento?  Al no estar bien, lo proyectamos en los demás y estos a su vez nos responden con ese: “eres tú el que has de poner de tu parte!”. O sea que además nos hacen sentirnos culpables. Pues bien, eso ya es una enfermedad y se cura o con tratamiento psicológico, psiquiátrico o su combinación. En términos generales, el tratamiento de la depresión postvacacional debe orientarse desde una perspectiva multidimensional, Desde una perspectiva psicológica se deben neutralizar los pensamientos negativos y más a largo plazo corregir la vulnerabilidad individual y encontrar un equilibrio entre vulnerabilidad individual y responsabilidades. El psiquiatra corrige el desequilibrio neurotransmisor cerebral con la ayuda de la medicación. No hay duda de que el mejor tratamiento es la prevención. El doctor Carbonell nos da algunas indicaciones para prevenir La Depresión Postvacacional .

  • Concienciación . Planea vacaciones dentro de tus propias limitaciones.
  • Moderación . Evita los excitantes, el alcohol, trasnochar excesivamente, dejarse llevar por la sensación de falta de responsabilidad.
  • Mantenerse en contacto . Seguir aunque de lejos las responsabilidades cotidianas para que la vuelta no sea tan brusca, Practicar los hobbies que normalmente practicamos. Es una manera de dar continuidad a nuestros hábitos cotidianos.
  • Planificar la vuelta a casa . introduciendo elementos amortiguadores: yoga, risoterapia, otros hobbies, y para los más sensibles hora con su terapeuta sin falta.
  • Predecir complicaciones . Cuando hacemos cambios vitales siempre se suele resentir no solo el que lo sufre sino a toda la familia. Es importante estar alerta de que las relaciones interpersonales estarán afectadas durante este periodo. Hay que pensar que desde hacía tiempo no pasamos tanto tiempo seguido con los nuestros. Ojo! Es un época especialmente delicada para las parejas.
  • No tomar decisiones importantes . Ni durante ni después de las vacaciones, lógicamente estaremos afectados por ese proceso adaptativo de liberarse y recargares bruscamente de responsabilidad.
  • Niños y mayores . Los niños en especial, no solo sufren sus propios cambios bruscos sino que absorben el de sus padres. Hay que prestarles especial atención por que lo manifiestan a través de su comportamiento. Igualmente los mayores pueden sufrirlo pero por su educación y cultura tenderán más a vivirlo como una descompensación de sus enfermedades.
  • A los que están en tratamiento . Deben seguir las recomendaciones de su terapeuta (médico, psicólogo, psiquiatra).
  • Controlar sus expectativas; es su peor enemigo : no esperar pasártelo demasiado en grande, tanto si lo consigues como si no puede no irte bien. O te amargas por la rutina al volver o te amargas por lo quo deseabas que fuera y no fue.

No olvidéis, que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas. Potenciar durante las vacaciones la higiene física y mental con lectura, deporte, comida sana mediterránea, música, cine, teatro. Intentar potenciar la comunicación positiva con uno mismo, la pareja, familia, dejando los rencores detrás Unas vacaciones ricas, pero con conocimiento, moderación y compensando los excesos. LOS SIES

  • Conocer tus limitaciones
  • Conocer tu grado de vulnerabilidad
  • Fomentar higiene física y mental
  • Cultivar el bienestar de uno mismo y los demás
  • Mantener una cierta continuidad con nuestra vida cotidiana
  • Disfrutar de los pequeños detalles
  • Descansar, relajarse y potenciar los hobbies

LOS NOES

  • No tener grandes expectativas ni cometer excesos
  • No intentar hacer lo que no pudimos conseguir durante todo el año (no intentar solucionar problemas con hijos/pareja/familia)
  • No tomar decisiones importantes
  • No pensar en la vuelta a lo cotidiano con visión pesimista
  • No dejar los hobbies cotidianos
  • No dejar los tratamientos si te encuentras bien
  • No menospreciar el efecto “otoño”

En resumen, lo que queremos es ser felices y pasárnoslo bien. Eso depende del equilibrio entre nuestra sensibilidad, responsabilidades y de la capacidad de hacer frente a los cambios que vivimos. La felicidad se encuentra y se pierde en uno mismo, tenémos que conocer nuestro grado de vulnerabilidad y Las circunstancias que nos pueden afectar. De esta manera podremos adelantarnos a nuestros cambios de ánimo y sus consecuencias. Melanie Klein escribe a mediados del siglo pasado: “Si el amor no ha sido ahogado por el resentimiento, los pesares y el odio, sino que se ha consolidado internamente, la confianza en los demás y nuestra propia bondad soporta como una roca los embates de fa vida”. ( PDF de la entrevista )

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.