Consumo de cannabis asociado a muerte por problemas hipertensivos

14 de junio de 2018

El consumo de cannabis está asociado a múltiples efectos perjudiciales, entre los cuales destaca el empeoramiento de las funciones cerebrales y de la salud. Para ampliar el conocimiento que se tiene sobre las consecuencias del consumo de cannabis en la salud, se realizó un estudio sobre la posible relación entre su consumo y el riesgo de morir por consecuencias derivadas de la hipertensión. Este estudio se publicó posteriormente en el European Journal of Preventive Cardiology .

Con este propósito se analizaron los hábitos de más de 1200 estadounidenses y los relacionaron con la probabilidad de morir como consecuencia de la hipertensión. Para ello, comparó a 4 grupos distintos. Un primer grupo que suponía el 4% de los participantes, estaba formado por fumadores de tabaco, un 21% por fumadores de cannabis, un 34% de no fumadores y un 16% por fumadores de cannabis que habían dejado el tabaco.

Tras el análisis, se concluyó que el mayor riesgo de morir por causas relacionadas con la hipertensión se daba en los consumidores de marihuana. De hecho, al consumir marihuana aumentas 3 veces más el riesgo de morir por consecuencias de la hipertensión y por cada año que sigues consumiendo aumenta hasta 1 vez más este riesgo. Estas cifras son incluso superiores a las asociadas al tabaco.

La explicación a estos datos es que el consumo de marihuana produce muchos efectos perjudiciales en el sistema cardíaco ya que sobreestimula el sistema nervioso simpático , que se encarga de activar el cuerpo aumentando la presión sanguínea, la tasa cardíaca y la demanda de oxígeno.

En opinión del Dr. Carbonell este artículo refleja una vez mas que el cannabis no es una sustancia ni mucho menos inocua. A los problemas en la salud mental se suman ahora las complicaciones cardiovasculares del mismo. Sin duda un dato a tener en cuenta para animarse a dejar de consumir cannabis.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.