El bruxismo

6 de noviembre de 2024

El Dr. José Carbonell, médico psiquiatra, habla sobre el **bruxismo**, una condición que implica el apretamiento o rechinamiento de los dientes, y cómo puede estar relacionado con factores emocionales como el **estrés** y la **ansiedad**. Según él, es común que las personas que están pasando por momentos de **pico de estrés** o **ansiedad** noten que su bruxismo empeora.


El bruxismo a menudo se presenta como una **automatización** del cuerpo, es decir, una reacción inconsciente ante la tensión emocional. Es por ello que, si padeces bruxismo, es recomendable no descartar que factores emocionales o situaciones estresantes estén afectando o empeorando esta condición.


Para manejar el bruxismo, Carbonell sugiere **explorar y gestionar** las causas emocionales subyacentes. No solo se deben tratar los síntomas físicos con el uso de férulas dentales o incluso aplicaciones de botox (en algunos casos), sino que también puede ser útil **acudir a un terapeuta o psiquiatra**. Esto ayudará a abordar el componente emocional que puede estar desencadenando o agravando el problema.


En resumen, **tratar el estrés y la ansiedad** es una parte importante del manejo del bruxismo, más allá de las intervenciones físicas.

Por Instituto Carbonell 9 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando la pareja se sumerge en el móvil durante los momentos compartidos —en una cita, paseando o incluso en la intimidad en casa— se genera una desconexión emocional que puede vivirse como abandono o invisibilidad. Señala que muchos llevamos una “vida digital paralela” que no es necesariamente negativa, pero que sí puede despertar inseguridad: la sensación de que el otro está más presente en redes, amistades o incluso aplicaciones de citas que en la relación real. Advierte que, cuando uno toma el móvil, el otro suele imitarlo, y así ambos terminan desconectados, como esas parejas que vemos en restaurantes sin hablarse. Ese tiempo perdido no fortalece la relación y, por el contrario, la debilita, porque “todo lo que no suma, resta”. Por ello, recomienda acordar límites claros sobre el uso del teléfono, especialmente durante los momentos de calidad. Subraya que incluso quienes trabajan con el móvil deben aceptar que su pareja pueda pedirles espacio libre de pantallas. La idea central es proteger la relación y priorizar el vínculo por encima de la distracción digital.
Por Instituto Carbonell 8 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que la deslealtad suele doler porque damos por hecho que los demás actuarán como nosotros: con coherencia, respeto, discreción y fidelidad. Señala que muchas decepciones, ya sea en amistades, pareja o trabajo, nacen de esperar que otros mantengan compromisos, cuiden lo que sabemos de ellos o respeten nuestra confianza del mismo modo en que nosotros lo hacemos. Sin embargo, aclara que cada persona interpreta la realidad de manera distinta y que, a veces, incluso quien nos hiere cree que nosotros hemos fallado primero. Por ello recomienda no crearse expectativas rígidas, asumir que los demás no necesariamente piensan igual y evitar compartir información íntima con cualquiera. Concluye que ciertos temas personales deben reservarse para espacios seguros —como un terapeuta— para protegernos y reducir el impacto de la deslealtad.
Por Instituto Carbonell 7 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien dice que “no quiere compromiso”, en realidad suele estar protegiéndose del sufrimiento acumulado por repetidas decepciones amorosas. Comenta que muchas personas han vivido rupturas, planes frustrados e ilusiones fallidas hasta el punto de concluir que acercarse afectivamente implica un riesgo demasiado alto. Por eso optan por relaciones sin compromiso, no por falta de interés en conectar, sino por miedo a volver a ser heridas. Añade que quienes han sido dejados muchas veces son precisamente quienes más tienden a renunciar al amor, pensando incluso que el problema está en ellos. Concluye que esta evitación no es desinterés, sino un mecanismo de defensa: prefieren mantener amistades sanas y abrirse solo si un vínculo especial surge de forma natural, sin exponerse nuevamente a un dolor que ya conocen demasiado bien.