Epilepsia y depresión

18 de noviembre de 2015

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso, caracterizada por la aparición de actividad eléctrica anormal en nuestro cerebro.

En muchos casos nos encontramos que los pacientes que sufren epilepsia también muestran sintomatología depresiva, aproximadamente en el 30% de los casos hay una coexistencia entre ambas entidades. Según diferentes estudios la depresión tiene un importante impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes epilépticos y en la propia enfermedad. Sin embargo, por diferentes motivos el trastorno depresivo sigue estando infradiagnosticado y por lo tanto no es tratado convenientemente.

En una revisión realizada en la unidad de Daño Cerebral del Instituto de Neurorehabilitación de Barcelona y publicada en la Revista de Neurología, se ha llevado a cabo un análisis en relación con la seguridad de los antidepresivos en pacientes con epilepsia. La hipótesis del estudio es que el riesgo potencial de los antidepresivos en relación con las convulsiones está sobrevalorado por parte de muchos profesionales lo que puede llegar a privar a los pacientes de ser convenientemente tratados para la depresión.

Tras la revisión y análisis se concluyó que la información actual indica que la mayoría de antidepresivos son seguros en dosis terapéuticas para pacientes con epilepsia y que las crisis ocurrirían sólo en caso de sobredosis .

Por consiguiente es importante en los pacientes epilépticos tener en cuenta que su calidad de vida puede mejorar mucho si se presta atención a síntomas de depresión que pueden ser tratados.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.