De la vida a la depresión
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, nos ofrece una reflexión profunda y muy realista sobre cómo se puede pasar de tener una vida aparentemente estable y plena, a caer poco a poco en una depresión. Este proceso no siempre es brusco ni evidente: muchas veces ocurre de manera progresiva y silenciosa, casi imperceptible, hasta que los síntomas ya no se pueden ignorar.
Carbonell describe con precisión cómo personas que están bien —que disfrutan de su día a día, que están estables en el trabajo, en la pareja, con sus hijos— pueden, de pronto, empezar a notar un cambio sutil pero constante: todo comienza a perder color, la vida se vuelve más gris, más plana, y desaparece la capacidad de disfrutar lo que antes generaba ilusión o bienestar.
Entre los primeros signos de alarma que menciona están:
- Tristeza persistente sin una causa clara.
- Apagamiento emocional.
- Alteraciones del sueño (dificultad para conciliarlo o despertar anticipado).
- Pensamientos negativos más frecuentes.
- Pérdida de energía o motivación.
- Disminución del interés por actividades que antes eran gratificantes.
Este deterioro emocional, aclara, no siempre responde a un solo evento traumático. A veces es el resultado de una acumulación de factores pequeños, no gestionados a tiempo, que terminan desgastando el bienestar mental.
El Dr. Carbonell subraya una idea muy importante: “La vida con depresión es una vida hipotecada”. Es decir, no se vive plenamente, no se respira con libertad, no se puede planificar ni disfrutar. Es como tener el cuerpo en movimiento pero el alma detenida. Y lo más frustrante es que el entorno, muchas veces, no lo comprende. Frases como “pon de tu parte”, “anímate”, “tira para adelante” pueden resultar crueles cuando lo que la persona necesita es comprensión y tratamiento, no exigencias.
Por eso, hace un llamado a estar atentos a los cambios internos. Si algo dentro de ti empieza a apagarse y tu calidad de vida se ve afectada, no lo normalices ni lo ignores. Reconocer esos signos a tiempo es clave.
En conclusión, el Dr. Carbonell nos recuerda que la depresión no siempre llega con estruendo: a veces aparece como una sombra suave que se va extendiendo. Por eso, debemos vivir con atención emocional, pedir ayuda sin miedo y cuidar nuestro bienestar con la misma seriedad con la que cuidaríamos cualquier otra parte de nuestra salud.


