Me divorcio

7 de julio de 2025

El Dr. Carbonell reflexiona sobre un fenómeno cada vez más evidente en nuestra sociedad: el incremento de divorcios y separaciones, especialmente notorio en los últimos tiempos. Observa cómo parece que “todo el mundo” está atravesando rupturas, incluso tras relaciones largas y aparentemente estables. Además, destaca que las redes sociales reflejan también un aumento de relaciones breves, lo que añade otra capa de complejidad al panorama sentimental actual.



Según el Dr. Carbonell, esta tendencia no es simplemente anecdótica, sino que se está convirtiendo en algo común, particularmente en España. Llama la atención sobre cómo ciertos periodos del año, como el verano y especialmente el mes de agosto, parecen propiciar más rupturas. Se pregunta por qué esto sucede, reconociendo que no hay una única causa clara, pero sí diversos factores interrelacionados que podrían estar influyendo.


Uno de esos factores podría ser el efecto acumulativo de la pandemia, que alteró profundamente nuestras formas de convivir, trabajar y gestionar el tiempo. También menciona el cambio en los valores sociales, el aumento del estrés cotidiano, y la salud mental como piezas clave para entender por qué tantas relaciones se ven afectadas.


Durante el verano, explica el Dr. Carbonell, las personas interrumpen sus rutinas habituales y pasan más tiempo juntas. En principio, esto debería reforzar los lazos, pero muchas veces sucede lo contrario: al desaparecer el ritmo estructurado del día a día, aflora la monotonía y con ella, el desencanto. La convivencia intensiva revela tensiones que durante el resto del año quedaban ocultas o suavizadas por la rutina laboral.


Finalmente, señala que en nuestra sociedad actual las personas están cada vez más enfocadas en sí mismas, en sus deseos, en buscar bienestar y experiencias que les resulten gratificantes. Esta búsqueda de individualidad y autenticidad puede chocar con una relación que, con el tiempo, ha perdido chispa o se ha vuelto demasiado predecible. En ese contexto, muchas parejas se ven empujadas a tomar decisiones dolorosas, pero que consideran necesarias para reencontrarse consigo mismas.

Por Instituto Carbonell 22 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica lo que llama “el síndrome de la garrapata”, refiriéndose a personas que absorben la energía, motivación y organización de quienes tienen una vida bien estructurada, llena de proyectos, ambiciones y hábitos saludables. Señala que estos “chupadores de energía” pueden ser amigos, compañeros de trabajo, parejas o incluso familiares muy queridos, pero que aun así se apoyan excesivamente en quienes ven más fuertes, más capaces o más motivados, dejando caer sobre ellos su propia falta de iniciativa. El Dr. Carbonell destaca que estas personas tienden a subirse al proyecto de vida ajeno sin aportar, aprovechándose de la capacidad del otro para organizarse, avanzar y sostener responsabilidades. Por eso insiste en que el primer paso es identificarlos y el segundo, establecer límites claros. Aunque podamos quererlos y respetarlos, es fundamental proteger la propia energía, reconocer que los éxitos y esfuerzos propios no tienen por qué ser utilizados por otros, y dejar claro que no deben depender continuamente de uno.
Por Instituto Carbonell 21 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que las conversaciones que duelen son inevitables en la pareja, la familia, el trabajo o cualquier relación significativa. Señala que enfrentar estos diálogos difíciles es necesario para aclarar situaciones, poner nombre a lo que incomoda y evitar que los conflictos se estanquen o se prolonguen en el tiempo. Indica que la falta de estas conversaciones puede generar monotonía, distanciamiento, rupturas o pérdida de complicidad. Por ello, recomienda no huir, sino afrontar con valentía estos momentos, ya que son la clave para liberar tensiones, resolver problemas y fortalecer las relaciones.
Por Instituto Carbonell 20 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que la frase “ya soy todo tuyo” refleja que no todo puede obtenerse de inmediato y que muchas personas necesitan tiempo para cerrar situaciones personales —laborales, familiares o emocionales— antes de iniciar una relación de forma auténtica. Señala que vivimos en una cultura de inmediatez que dificulta aceptar que el otro quizás aún no esté preparado. Por eso, destaca la importancia de la paciencia y de permitir que la otra persona resuelva sus propios conflictos antes de empezar algo nuevo, ya que solo así se puede construir un vínculo sano y sin interferencias del pasado.