Sentido común

8 de julio de 2025

El Dr. Carbonell defiende con firmeza una idea que, aunque parezca sencilla, muchas veces se olvida: el sentido común es el mejor tratamiento, el mejor consejo, y el mejor criterio para saber si vamos por buen camino. Desde su experiencia como médico y psiquiatra, subraya que tanto los médicos, terapeutas como otros profesionales de la salud mental recurren constantemente al sentido común como herramienta esencial para orientar a las personas, aunque paradójicamente, sea “el menos común de los sentidos”.



Cuando un paciente le pregunta si está recibiendo la ayuda adecuada o si el tratamiento que sigue es el correcto, el Dr. Carbonell suele invitarle a reflexionar sobre una única cuestión clave: ¿esto que estás haciendo tiene sentido común? Si la respuesta es afirmativa, probablemente ese camino es el adecuado.


Reconoce que hoy en día abundan los consejos radicales, incluso de personas bienintencionadas: amigos, familiares o incluso influencers que promueven acciones drásticas, decisiones impulsivas o actitudes agresivas frente a determinadas situaciones. Y si bien es cierto que hay momentos en la vida que exigen reacciones inmediatas y firmes —como cuando hay falta de respeto, violencia, o enfermedades mentales graves—, en la mayoría de los casos lo más sensato es mantener la calma y actuar con equilibrio.


El sentido común, explica, es clave sobre todo a la hora de tomar decisiones importantes en la vida. Es decir, no tiene sentido cambiar de forma radical tu forma de ser o de vivir: una persona acostumbrada a la estabilidad no debería forzarse a adoptar un estilo de vida hiperactivo, ni al contrario, porque esos cambios extremos rara vez funcionan a largo plazo. Incluso con la mejor terapia, si lo que haces va en contra de tu naturaleza y estilo de vida, el esfuerzo será enorme y posiblemente insostenible.


Para el Dr. Carbonell, el objetivo del trabajo terapéutico no es imponer cambios forzados, sino ayudar a las personas a desarrollar su capacidad de autogestión y toma de decisiones conscientes. Los profesionales deben acompañar, orientar y dotar a las personas de herramientas para que puedan identificar en qué áreas necesitan crecer, y cómo hacerlo de una manera que encaje con su vida real, sus valores y su historia personal.


En definitiva, actuar con sentido común es confiar en nuestra capacidad para discernir, para evaluar lo que nos conviene y lo que no, y para tomar decisiones con los pies en la tierra. Porque, al final, lo que realmente ayuda a sanar y avanzar no siempre es lo más llamativo o radical, sino lo que tiene coherencia con quiénes somos y cómo vivimos.

Por Instituto Carbonell 7 de julio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre un fenómeno cada vez más evidente en nuestra sociedad: el incremento de divorcios y separaciones, especialmente notorio en los últimos tiempos. Observa cómo parece que “todo el mundo” está atravesando rupturas, incluso tras relaciones largas y aparentemente estables. Además, destaca que las redes sociales reflejan también un aumento de relaciones breves, lo que añade otra capa de complejidad al panorama sentimental actual.  Según el Dr. Carbonell, esta tendencia no es simplemente anecdótica, sino que se está convirtiendo en algo común, particularmente en España. Llama la atención sobre cómo ciertos periodos del año, como el verano y especialmente el mes de agosto, parecen propiciar más rupturas. Se pregunta por qué esto sucede, reconociendo que no hay una única causa clara, pero sí diversos factores interrelacionados que podrían estar influyendo. Uno de esos factores podría ser el efecto acumulativo de la pandemia , que alteró profundamente nuestras formas de convivir, trabajar y gestionar el tiempo. También menciona el cambio en los valores sociales , el aumento del estrés cotidiano , y la salud mental como piezas clave para entender por qué tantas relaciones se ven afectadas. Durante el verano, explica el Dr. Carbonell, las personas interrumpen sus rutinas habituales y pasan más tiempo juntas. En principio, esto debería reforzar los lazos, pero muchas veces sucede lo contrario: al desaparecer el ritmo estructurado del día a día, aflora la monotonía y con ella, el desencanto. La convivencia intensiva revela tensiones que durante el resto del año quedaban ocultas o suavizadas por la rutina laboral. Finalmente, señala que en nuestra sociedad actual las personas están cada vez más enfocadas en sí mismas, en sus deseos, en buscar bienestar y experiencias que les resulten gratificantes. Esta búsqueda de individualidad y autenticidad puede chocar con una relación que, con el tiempo, ha perdido chispa o se ha vuelto demasiado predecible. En ese contexto, muchas parejas se ven empujadas a tomar decisiones dolorosas, pero que consideran necesarias para reencontrarse consigo mismas.
Por Instituto Carbonell 6 de julio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre una cuestión fundamental que afecta a muchas personas hoy en día: ¿somos capaces de conformarnos con lo que tenemos? Como médico y psiquiatra, señala que vivimos en una sociedad acelerada y permanentemente insatisfecha, donde los ideales románticos de las películas, las modas cambiantes o las redes sociales alimentan la constante sensación de que “deberíamos tener algo mejor”, ya sea en el amor, en el trabajo o en cualquier aspecto de la vida.  En consulta, comenta, es común ver personas que repiten patrones: se cansan rápidamente de sus parejas, se frustran en sus empleos o viven con la expectativa de que algo mejor debería llegar. Estas personas muchas veces se ponen a sí mismas metas muy elevadas o construyen idealizaciones que, al no cumplirse, las conducen a la decepción. Así, entran en un ciclo donde lo cotidiano y estable les parece insuficiente o aburrido. El Dr. Carbonell propone un cambio de enfoque. Para él, no se trata de resignarse, sino de aprender a valorar de forma realista lo que se tiene. Eso implica hacer un pacto con uno mismo: reflexionar sobre qué queremos realmente en la vida y qué estamos dispuestos a aportar para que nuestras relaciones o proyectos funcionen a largo plazo. Recuerda que las relaciones que perduran —como las de nuestros padres o parejas mayores— no se sostienen solo por amor espontáneo, sino también por paciencia, compromiso, respeto y una construcción diaria, donde a veces cede uno y otras veces el otro. En lugar de caer en la trampa de buscar siempre lo nuevo o lo perfecto, el Dr. Carbonell sugiere cultivar una mirada más estable, más profunda y más agradecida. Valorar lo que tenemos, comprender nuestras propias expectativas y trabajar desde la madurez emocional son, para él, las claves para construir una vida más equilibrada y satisfactoria.
Por Instituto Carbonell 5 de julio de 2025
El Dr. Carbonell explora una de las preguntas más comunes en las relaciones humanas: ¿cómo saber si lo que existe entre dos personas es solo una amistad o el inicio de algo más? Como médico y psiquiatra, relata que muchas personas llegan a su consulta con la duda de si la cercanía y complicidad que sienten con alguien especial es simplemente amistad o si podría evolucionar a una relación de pareja. Explica que en algunos casos, las relaciones sentimentales surgen rápidamente: basta una cita, una conexión inicial, y se empieza una relación aún sin conocerse profundamente. En otros casos, el vínculo se construye con el tiempo, a través de una amistad sólida que más adelante puede convertirse en una relación amorosa. Esta segunda vía, comenta el Dr. Carbonell, tiene incluso más probabilidades de éxito, porque ya existe un conocimiento profundo del otro: se han compartido gustos, momentos, virtudes y defectos. Sin embargo, también reconoce que a veces existe un bloqueo interno. Muchas personas dicen: “Es solo un amigo, no lo veo como pareja”. Esa percepción puede ser genuina, o puede estar condicionada por miedos, por la costumbre o incluso por no haberse permitido imaginar otro tipo de vínculo. Lo cierto, señala el Dr. Carbonell, es que no podemos forzarnos a sentir lo que no sentimos, ni planear con precisión que una amistad se transforme en algo más. Subraya también que la atracción no es algo estático ni absoluto: puede aparecer con el tiempo o disminuir. Por eso, insiste en que no debemos encasillar ni forzar las relaciones. Si una amistad está destinada a convertirse en pareja, lo hará de forma natural y espontánea. No se trata de provocar situaciones artificiales, sino de dejar que las emociones y el vínculo evolucionen de forma orgánica.  En definitiva, el Dr. Carbonell aconseja vivir las amistades con sinceridad, sin presión, y con apertura a lo que pueda surgir. Las mejores relaciones, muchas veces, empiezan por una buena amistad, pero forzar ese tránsito nunca es la solución.