Más vale perder que perder más
23 de agosto de 2025
El Dr. José Carbonell reflexiona sobre la importancia de saber soltar cuando una situación, ya sea una relación o un proyecto, está estancada y no evoluciona. Aunque duele reconocer que algo no ha funcionado y aceptar la pérdida de lo invertido, es mejor perder ahora que seguir perdiendo más tiempo y energía. Cada experiencia, incluso las negativas, suma y sirve para crecer. Aprender a soltar permite liberarse y prepararse para afrontar futuras situaciones con más sabiduría, evitando repetir errores pasados. En definitiva, a veces hay que perder para no perder aún más.

El Dr. José Carbonell explica que ayudar a un amigo que está atrapado en un ciclo de preocupaciones y especulaciones puede ser complicado, porque desde fuera la situación se ve con claridad, pero la persona suele dar vueltas a la misma historia sin avanzar. Lo importante es hacerle ver que ese camino no es productivo y, cuando la situación se prolonga y afecta su bienestar, reconocer que a veces la amistad tiene un límite. En esos casos, lo mejor es sugerir que busque ayuda profesional, como un psicólogo, para gestionar sus emociones y avanzar de manera saludable. Un buen amigo sabe cuándo escuchar y cuándo acompañar en la decisión de buscar apoyo externo.

El Dr. José Carbonell propone cuatro claves para pedir perdón de forma efectiva. Primero, elegir el momento adecuado para conversar sobre el hecho desagradable. Segundo, reconocer el error y admitir que la actuación fue inapropiada y generó una tensión innecesaria. Tercero, validar a la otra persona, reconociendo su valor y el papel importante que desempeña en la vida propia. Y cuarto, comprometerse a tomar medidas para que no se repita, ya sea buscando ayuda profesional o mejorando las habilidades de gestión de relaciones. Estos consejos, inspirados en una colaboración solicitada por Alejandro Paredes, buscan favorecer una reconciliación genuina.

El Dr. José Carbonell señala que, cuando en una relación la otra persona mantiene una actitud ambigua —ni se compromete ni se aleja—, es importante priorizar el propio bienestar. Si esta situación provoca malestar o desorientación, hay que hablar con claridad, expresar el deseo de que la relación evolucione y, si no hay cambios, cortar el vínculo de forma definitiva, evitando dejar asuntos abiertos. Advertir que especular sobre lo que el otro piensa solo genera frustración y prolonga la incertidumbre. Por eso, recomienda pensar en uno mismo, cerrar ciclos y aprender de cada experiencia, recordando que a veces es mejor perder que seguir perdiendo.