No eres feliz
27 de septiembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que muchas personas no son felices porque dependen en exceso de la pareja, del éxito laboral o de la atención de los demás. Cuando esas expectativas no se cumplen, surge la insatisfacción, que puede derivar en ansiedad o depresión si se prolonga en el tiempo. Destaca que la clave está en no delegar la felicidad en factores externos, sino en aprender a cuidarse uno mismo mediante actividades, hobbies, deporte o apoyo profesional. Señala que la verdadera felicidad surge del equilibrio interno y se proyecta hacia fuera, facilitando percibir la vida de manera más positiva.

El Dr. José Carbonell explica que en las relaciones de pareja es fundamental que cada persona haya hecho previamente un trabajo personal de autoconocimiento, equilibrio y crecimiento. No es sano depender de la otra persona para encontrar paz o estabilidad, ya que una relación debe sumar y no compensar carencias profundas. Estar con alguien no debería sustituir el proceso individual de madurez emocional, sino complementarlo. Por eso, cuidarse a uno mismo, tener claros los propios límites, expectativas y objetivos vitales es clave para poder construir relaciones sanas y estar preparado para los distintos ámbitos de la vida, tanto personales como profesionales.

El Dr. José Carbonell explica que algunas personas adoptan el papel de víctimas para obtener lo que desean sin asumir responsabilidades, mientras que otras han pasado por situaciones difíciles de manera genuina. Para distinguir entre víctimas auténticas y manipuladores, es clave analizar patrones de comportamiento en relaciones previas y poner límites claros. Si la relación se vuelve unidireccional y centrada únicamente en las necesidades egoístas de la otra persona, probablemente se trate de una manipulación. En cambio, si el cariño mutuo permite que la persona deje de sentirse víctima y la relación se equilibre, la relación puede ser saludable y avanzar.

El Dr. José Carbonell explica que cuando sentimos que “no podemos ni ver” a alguien, suele ser consecuencia de la acumulación de frustración, decepción o rabia por interacciones fallidas o relaciones conflictivas. Recomienda gestionar esta sensación tomando espacio, verbalizando lo que sentimos si es posible, y evitando confrontaciones que puedan intensificar la emoción. Además, sugiere que el tiempo ayuda a normalizar los sentimientos y que, en muchos casos, acudir a un terapeuta es la forma más efectiva de procesar la rabia y recuperar el equilibrio emocional.

