SÍNDROME DEL IMPOSTOR

22 de enero de 2025

El síndrome del impostor es un fenómeno común en el que las personas sienten que no merecen su éxito y temen ser descubiertas como un fraude, a pesar de tener logros reales. Muchas veces, estas personas se exigen tanto que termina afectando su salud emocional.


Uno de los primeros pasos para superar el síndrome del impostor es reconocer que tenemos este patrón de pensamiento negativo. La psicóloga Isabel Aranda señala que es fundamental darnos cuenta de cómo nos hablamos a nosotros mismos y cómo minimizamos nuestros logros. Otra recomendación es reflexionar sobre los momentos pasados en los que superamos retos similares, para darnos cuenta de nuestras capacidades. 


También es clave celebrar cada logro, sin importar su tamaño. Muchas veces, las personas con este síndrome tienden a saltarse este paso y se enfocan en lo que falta por hacer. Además, es útil pedir retroalimentación de otras personas, ya que, a menudo, la percepción que tenemos de nosotros mismos está distorsionada. Finalmente, el autocuidado es esencial: practicar actividades que nos relajen y apoyarnos en nuestra red social son maneras efectivas de reducir el estrés y aumentar la autoestima, aprendiendo a ser más compasivos con nosotros mismos.


En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda adoptar expectativas más realistas y evitar la autoexigencia excesiva son pasos fundamentales para fortalecer nuestra autoestima. Además, buscar apoyo profesional cuando sea necesario, puede ser crucial para mejorar nuestra salud mental y lograr un equilibrio emocional más saludable.


Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.