Relación entre los trastornos de alimentación y las redes sociales

24 de febrero de 2020

La anorexia y la bulimia son trastornos de la alimentación con algunos elementos importantes en común. En primer lugar, centran la valoración que hacen de sí mismos, casi en exclusiva, en el peso, la figura y la capacidad que tienen de controlarlos. En segundo lugar, el miedo intenso a ganar peso y conductas para intentar bajar el peso. Estas conductas a veces pueden llevar a coger más peso al no poder aguantar y hacer atracones. Y en tercer lugar, suelen comprobar continuamente su peso lo cual hace que se obsesionen con los pequeños cambios de peso que se producen durante el día. Aún así, hay pacientes que hacen todo lo contrario, es decir, evitar a toda costa verse o ver su peso.

Los trastornos de la alimentación son cada vez más frecuentes. El rango de edad de las pacientes ha aumentado en los últimos años, ya que se incluyen pacientes más jóvenes. La Asociación de Anorexia y Bulimia de Elche (ADABE) ha detectado que las redes sociales e internet han jugado un papel determinante en el aumento de casos, entre otras cosas por la existencia de páginas web dedicadas a estos temas. Es fácil intuir que si las personas anoréxicas centran su valoración principalmente en la imagen, las redes sociales tendrán un impacto negativo en sí mismos (El mundo, 2019).

En opinión del Dr. Carbonell, ante esta situación, es importante la prevención y la detección temprana de la enfermedad. Es necesario romper con el estigma y difundir a la población que la delgadez extrema puede desarrollar este problema. Hay que tener en cuenta que nadie está exento de sufrirlas, todas las personas somos vulnerables a este tipo de trastornos. Además debemos ir con cuidado con el uso que le dan los más jóvenes a las redes sociales.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.