Relación entre los trastornos de alimentación y las redes sociales

24 de febrero de 2020

La anorexia y la bulimia son trastornos de la alimentación con algunos elementos importantes en común. En primer lugar, centran la valoración que hacen de sí mismos, casi en exclusiva, en el peso, la figura y la capacidad que tienen de controlarlos. En segundo lugar, el miedo intenso a ganar peso y conductas para intentar bajar el peso. Estas conductas a veces pueden llevar a coger más peso al no poder aguantar y hacer atracones. Y en tercer lugar, suelen comprobar continuamente su peso lo cual hace que se obsesionen con los pequeños cambios de peso que se producen durante el día. Aún así, hay pacientes que hacen todo lo contrario, es decir, evitar a toda costa verse o ver su peso.

Los trastornos de la alimentación son cada vez más frecuentes. El rango de edad de las pacientes ha aumentado en los últimos años, ya que se incluyen pacientes más jóvenes. La Asociación de Anorexia y Bulimia de Elche (ADABE) ha detectado que las redes sociales e internet han jugado un papel determinante en el aumento de casos, entre otras cosas por la existencia de páginas web dedicadas a estos temas. Es fácil intuir que si las personas anoréxicas centran su valoración principalmente en la imagen, las redes sociales tendrán un impacto negativo en sí mismos (El mundo, 2019).

En opinión del Dr. Carbonell, ante esta situación, es importante la prevención y la detección temprana de la enfermedad. Es necesario romper con el estigma y difundir a la población que la delgadez extrema puede desarrollar este problema. Hay que tener en cuenta que nadie está exento de sufrirlas, todas las personas somos vulnerables a este tipo de trastornos. Además debemos ir con cuidado con el uso que le dan los más jóvenes a las redes sociales.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.