Tres pasos para sacarle partido al estrés

24 de marzo de 2015

La velocidad del mundo actual, los altos niveles de exigencia tanto profesional como social y la acumulación de metas y obligaciones hacen que más de una vez sintamos que estamos perdiendo el control sobre nuestras vidas. El estrés es un estado predominante en muchas personas y, en ocasiones, un cambio de hábitos y costumbres no resulta suficiente para superarlo.

Ante esta situación, debemos activar la maquinaria que nos permita afrontar el estrés como algo inherente a nuestro día a día, en lugar de encararlo como una losa que nos oprime minando nuestro equilibrio y bienestar emocional. Si nos centramos en la raíz estructural del asunto, advertimos que el problema real no es el estrés en sí sino nuestra propia percepción del mismo como un estado tóxico a erradicar. Al fin y al cabo, el estrés forma parte de una vida productiva normal y la llave está en saber dirigir nuestras reacciones ante él. Para hacerlo, os recomendamos tres pasos o actitudes a adoptar que nos ayudarán en gran medida a cambiar nuestra forma de interactuar con él:

Atraparlo

La presión en el pecho, la mandíbula apretada, el desasosiego o la incapacidad para concentrarse en algo son emociones identificativas de un cuadro de estrés. Cuando sintamos que empiezan a asomar, podemos ser capaces de paralizarlas.

Marcarlo

A través de la experiencia debemos identificar cuáles son los pensamientos que nos conducen a la aparición de dichas emociones negativas.

Atacarlo

Finalmente debemos plantar cara y retar a esos pensamientos en lugar de pasarlos por alto o despacharlos a la ligera. Nuestra meta es extraer de ellos la información real necesaria para abordarlos y no solo las emociones que nos provocan.

A simple vista puede parecer que la aplicación de estos pasos nos resulte poco viable o más compleja de lo esperado. No es así. En poco tiempo descubriremos que la práctica nos permite llevarlos a cabo cada vez con mayor naturalidad. De este modo aprenderemos a afrontar el estrés, a convivir con él y a extraer de él las herramientas con las que hacernos más fuertes.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.