Tres pasos para sacarle partido al estrés

24 de marzo de 2015

La velocidad del mundo actual, los altos niveles de exigencia tanto profesional como social y la acumulación de metas y obligaciones hacen que más de una vez sintamos que estamos perdiendo el control sobre nuestras vidas. El estrés es un estado predominante en muchas personas y, en ocasiones, un cambio de hábitos y costumbres no resulta suficiente para superarlo.

Ante esta situación, debemos activar la maquinaria que nos permita afrontar el estrés como algo inherente a nuestro día a día, en lugar de encararlo como una losa que nos oprime minando nuestro equilibrio y bienestar emocional. Si nos centramos en la raíz estructural del asunto, advertimos que el problema real no es el estrés en sí sino nuestra propia percepción del mismo como un estado tóxico a erradicar. Al fin y al cabo, el estrés forma parte de una vida productiva normal y la llave está en saber dirigir nuestras reacciones ante él. Para hacerlo, os recomendamos tres pasos o actitudes a adoptar que nos ayudarán en gran medida a cambiar nuestra forma de interactuar con él:

Atraparlo

La presión en el pecho, la mandíbula apretada, el desasosiego o la incapacidad para concentrarse en algo son emociones identificativas de un cuadro de estrés. Cuando sintamos que empiezan a asomar, podemos ser capaces de paralizarlas.

Marcarlo

A través de la experiencia debemos identificar cuáles son los pensamientos que nos conducen a la aparición de dichas emociones negativas.

Atacarlo

Finalmente debemos plantar cara y retar a esos pensamientos en lugar de pasarlos por alto o despacharlos a la ligera. Nuestra meta es extraer de ellos la información real necesaria para abordarlos y no solo las emociones que nos provocan.

A simple vista puede parecer que la aplicación de estos pasos nos resulte poco viable o más compleja de lo esperado. No es así. En poco tiempo descubriremos que la práctica nos permite llevarlos a cabo cada vez con mayor naturalidad. De este modo aprenderemos a afrontar el estrés, a convivir con él y a extraer de él las herramientas con las que hacernos más fuertes.

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.