5 hábitos que prolongan tu vida

7 de septiembre de 2018

Es de sobra conocido que la adopción de buenos hábitos de salud tienen un impacto en nuestra calidad y esperanza de vida. Es por ello que en distintos organismos, tanto nacionales como internacionales, se llevan a cabo proyectos de promoción de la salud, tales como el Plan de Calidad  del Sistema Nacional de Salud aplicado en España.

Frank B. Hu investigador de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, dirigió un estudio para averiguar hasta que punto impactaba la adopción de buenos hábitos en la esperanza de vida. Para ello, realizó un seguimiento durante 34 años a más de 123.000 pacientes, concluyendo que los siguientes hábitos alargaban significativamente la esperanza de vida:

  • Dieta sana.
  • Hacer ejercicio de intensidad moderada-vigorosa 30 minutos al día.
  • No fumar.
  • Peso saludable. (IMC: 18.5 – 25.9)
  • El consumo mínimo de alcohol.

La esperanza de vida para las personas que no cumplían ninguno de los requisitos cuando tenían 50 años era hasta los 79 años para las mujeres y hasta los 75 años para los hombres. En cambio, para las personas que cumplían los 5 hábitos de salud, la esperanza de vida se alargaba hasta los 93 años y para los hombres hasta los 87 años. Así pues, el cumplir con estos buenos hábitos suponía aumentar hasta en 14 años más la esperanza de vida.

Las enfermedades que causaron la mayor parte de los fallecimientos y por tanto las enfermedades derivadas o agraviadas por estos malos hábitos fueron el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Así pues, había un 82% menos de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares y un 65% menos de fallecimientos por cáncer en personas que cumplían con estos 5 hábitos de salud en comparación con los que no cumplían ninguno.

En opinión del Dr. Carbonell, lo comentado anteriormente es algo sabido por todos y es importante tener presente que si nos cuidamos nuestro cuerpo lo agradece. Estos 5 simples y sencillos hábitos tienen un impacto muy beneficioso para nuestra salud.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.