Cerebro e impulsividad

19 de abril de 2016

En un artículo de la Fox Nex Health, Chistopher Wanjek de Live Science, analiza un nuevo estudio sobre la impulsividad y su relación con las estructuras cerebrales.

El estudio ha sido dirigido por Avram Holmes profesor de psicología y psiquiatría de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut. Holmes y sus colegas de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusets, midieron el tamaño de numerosas regiones del cerebro de hombres y mujeres de entre 18 y 35. Los investigadores examinaron a más de 1200 adultos jóvenes sanos sin trastornos psiquiátricos o dependencia a sustancias.

Los participantes también realizaron cuestionarios psicológicos que valoraban la necesidad de experiencias intensas, tendencia a asumir riesgos, a tomar decisiones rápidas, y el uso de alcohol, tabaco y cafeína.

Encontraron que aquellos más impulsivos o con tendencia a buscar altos niveles de estimulación, tenían la corteza más reducida alrededor de las regiones del cerebro implicadas en la toma de decisiones y el autocontrol . Esta corteza más delgada no sólo puede afectar al proceso de toma de decisiones sino que también puede predisponer al abuso de sustancias.

La investigación establece que a pesar de que la impulsividad es distinta de la predisposición al abuso de sustancias, tienen un origen común en las regiones del cerebro, asociadas con la regulación de las emociones y conducta: la corteza cingulada anterior y la circunvolución frontal media.

Investigaciones anteriores habían encontrado que el abuso de sustancias también puede conducir a actuar impulsivamente e involucrarse en conductas de riesgo. La nueva investigación sugiere que algunas personas, por su estructura cerebral, podrían ser más propensas a llevar a cabo comportamientos de riesgo y a abusar de sustancias, favoreciendo a su vez una mayor propensión a conductas potencialmente peligrosas.

Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.
Por Instituto Carbonell 23 de abril de 2025
El perfeccionismo te daña - no siempre hay que darlo todo