¿Cómo mejorar la capacidad de adaptación en los niños?

3 de junio de 2020
El desarrollo de una persona y su camino por las diferentes etapas de la vida implica haber pasado por experiencias que nos han obligado a adaptarnos. Para esto, hemos utilizado herramientas (esquemas de pensamiento) que aprendimos en momentos anteriores.. Aunque a veces no nos sirven y tenemos que buscar nuevos para que nos ayuden. La flexibilidad cognitiva es la habilidad que nos ayuda a adaptar nuestra forma de actuar en cada circunstancia.

En el caso de los niños, ellos necesitan rutinas fijas para poder conseguir una estabilidad. Sus formas de actuar y de pensar son más rígidos, ya que la flexibilidad aún no se ha desarrollado lo suficiente y por eso necesitan más ayuda para solucionar los retos con los que se encuentran. Por eso, se recomienda ir ejercitando la flexibilidad cognitiva para que el futuro, cuando sean adultos, la apliquen con mayor facilidad. 

A continuación, os proponemos las siguientes pautas para que nuestros hijos vayan poniendo en práctica la flexibilidad cognitiva.
  • Realizar actividades creativas, ya sea lo artístico como el juego imaginativo.
  • Crear momentos en casa de debate, por ejemplo, cuando leemos un cuento o vemos una película preguntar a nuestros hijos sobre su opinión. Después también deberán escuchar las opiniones de los demás. 
  • Negociar ciertas normas con nuestros hijos. Esto les ayudará a comprender el porqué de los límites. 
  • Buscar un día a la semana que sea diferente a la rutina. La improvisación también ayuda a potenciar la flexibilidad cognitiva. 
En opinión del Dr. Carbonell, siempre que hay que buscar maneras de mejorar las habilidades y las capacidades de los niños y adolescentes que les preparará mejor de cara al futuro. Aprender buenos esquemas desde la infancia nos ayudará a resolver los conflictos de una forma más efectiva de adultos.
Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.