La importancia de cambiar la perspectiva ante los problemas
4 de junio de 2020
En nuestro entorno, conocemos alguna persona que suele quejarse con frecuencia. Suelen ser personas que están agotadas y con poca energía. Sin embargo, cuando somos nosotros mismos los que expresamos la queja, creemos que hacerlo nos ayudará a sentirnos mejor, pero realmente, estamos cayendo en el mismo engaño que los demás que es entrar en un bucle negativo en lugar de buscar soluciones.
Cuando buscamos la parte negativa de las cosas, hay que pensar en las consecuencias que tiene esto para nosotros mismos. Es normal que las cosas no siempre estén bien ni que sean como nos gustaría, por eso, os proponemos consejos para sobrellevar mejor los problemas y no tender hacia la queja.
1) Mirar la situación desde fuera
Cuando tenemos un problemas, debemos mirarlo desde un punto de vista externo, por ejemplo, escribirlos y pensar cómo lo solucionaría alguien de nuestro entorno.
2) Cambiar el foco
Si algo no va bien, solemos buscar responsabilidades en las otras personas. Pero tal vez deberías poner el foco en nosotros, en nuestras conductas, ya que es lo que podemos cambiar y depende de uno mismo. Lo que hagan los demás no está bajo nuestro control.
3) Tolerancia
Intentar salir del bucle de la queja nos puede llevar a la frustración. Es por eso que en determinadas circunstancias es mejor "desconectar” realizando alguna actividad placentera antes de intentar revaluar de nuevo nuestra situación.
El uso de estas estrategias es interesante para poder diferenciar si estamos haciéndolo como un hábito, en cuyo caso podremos cambiarlo, o si lo hacemos desde la ansiedad y el malestar.
En opinión del Dr. Carbonell, si vemos que estas estrategias no son efectivas y continua el sentimiento de malestar es recomendable buscar ayuda de la mano de un profesional de la salud mental.
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo. En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.

El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.

El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.