¿Qué es un ataque de ansiedad?

1 de junio de 2020
Las personas que sufren ataques de ansiedad, sobretodo las que lo sufren por primera vez suelen tener la sensación de que están sufriendo los síntomas de una enfermedad médica grave. Es importante saber que, aunque un ataque de ansiedad es algo muy molesto no tiene consecuencias graves sobre la salud.

Los síntomas más conocidos del ataque de ansiedad son las palpitaciones, la sudoración, la dificultad para respirar y la sensación de mareo. Otros síntomas no tan conocidos son los de dolor en el pecho, nauseas, tener escalofríos o sensación de calor, sensación de aturdimiento, entumecimiento o hormigueo del cuerpo. Hay algunas personas que llegan a tener una sensación de irrealidad y miedo de perder el control o de morirse. Es muy importante conocer todo el listado de síntomas, ya que el simple hecho de conocerlos hace que no creemos un efecto bola de nieve y no nos pongamos cada vez más ansiosos. 

Uno de los primeros consejos para poder sobrellevar un ataque de pánico es el de conseguir una respiración controlada s contando hasta 3 mientras inspiramos, después conteniendo el aire durante dos segundos y por último espirar contando hasta tres. Es importante que no sean demasiado profunda y utilizando el diafragma en lugar del pecho. También es importante identificar qué tipo de cosas nos ponen ansiosos para poder entender el motivo de dicha ansiedad. 

En opinión del Dr. Carbonell es importante tener en cuenta que a pesar de identificar de donde te viene el ataque de ansiedad y de intentar controlar la respiración, en muchos casos esto no es suficiente. Mi recomendación es la de acudir a un profesional de la salud mental al primer ataque de pánico o síntoma de ansiedad.

 


Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.