¿Cómo mejorar nuestras habilidades sociales?
12 de mayo de 2020
Las habilidades sociales
son las conductas que nos ayudan a relacionarnos con los demás en situaciones cotidianas. Nos ayudan a comunicarnos, por ejemplo en grupo, iniciar una conversación, coger una cita, escuchar, decir no, pedir algo, expresar emociones, entre otras. Tener estas habilidades nos aporta seguridad. Por eso es importante potenciarlas.
A continuación, os explicamos cómo mejorar algunas de las habilidades sociales que solemos utilizar más a menudo.
1) Saber decir que no
A veces nos encontramos en la situación que no somos capaces de decir no a alguien de nuestro entorno, a pesar de querer expresarlo. Actuamos en contra de lo que pensamos. La habilidad de “decir no” se puede mejorar en 3 pasos, utilizando, por ejemplo, la técnica sandwich: escuchas y asimilas lo que te dice la otra persona, analizas que es lo realmente quieres al respecto y contestas ofreciendo posibles soluciones en vez de decir No de manera desagradable.
2) Saber hablar en público
Si tenemos que hablar delante de un grupo se recomienda preparar el contenido y estructurarlo, ya que nos ayudará a controlar mejor la situación y evitar la ansiedad. El tono de voz, la imagen y la postura nos facilitará la comunicación
3) ¿Cómo facilitar la socialización?
Socializar nos ayuda a crecer a nivel personal pero no es sencillo. Integrarse es más fácil si lo haces con preguntas abiertas, interesándonos por la otra persona, aportando algún comentario sobre algún tema de interés, ...
4) Saber hacer una crítica constructiva
A la hora de querer expresar una crítica constructiva debemos tener en cuenta nuestra expresión facial y el tono de voz. En un estudio realizado por Carlton Fong de la Universidad de Texas, se observó que cuando expresamos nuestra opinión con tono amable y cordial se produce una sensación positiva en quien la recibe.
En opinión del Dr. Carbonell, pequeños cambios pueden ser muy rentables. aquí hemos mencionado 4 aspectos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra capacidad de socializar y creer a nivel personal.
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo. En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.

El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.

El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.


