Como repercute la “comida basura” en nuestra salud mental

24 de agosto de 2015

El cerebro reacciona a los alimentos que ingerimos, como sucede en el resto de órganos del cuerpo. Aunque en la mayoría de alimentos podemos encontrar nutrientes importantes para la formación de tejido cerebral, hay determinados alimentos que dan mejor resultado ante tareas que requieran esfuerzo mental. Los frutos secos y semillas, el pescado (sobre todo azul), el aguacate, los alimentos de hoja verde, el brócoli, los frutos rojos, el curry o cúrcuma, y el cacao son algunos ejemplos de alimentos ricos en nutrientes que favorecen nuestra agilidad mental e incluso pueden ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas.

De la misma manera que damos importancia a nutrirnos con los alimentos adecuados, no hay que olvidarse de que una alimentación inadecuada no sólo favorece el aumento de kilos y celulitis, sino que también puede dañar nuestro cerebro. Estudios científicos han demostrado que la “comida basura” como la bollería industrial, chucherías o patatas de bolsa, es muy perjudicial para la comunicación entre las células nerviosas.

Los principales efectos negativos de este tipo de comida en nuestra  salud mental son :

  • Disminución de la capacidad de concentración, memoria y aprendizaje. En una investigación la Universidad de Cambridge, lo científicos se dieron cuenta de que después de sólo nueve días de una dieta alta en grasas, las ratas de laboratorio cometían más errores en el laberinto que las ratas alimentadas con una dieta normal. Los mismos investigadores están estudiando efectos similares en los humanos.
  • Reducción de energía y mal humor. Las calorías vacías son una manera segura de sentirse cansado, débil y hambriento sólo unas horas después de haber comido. Una oleada de azúcar implica una oleada de insulina en el cuerpo, lo que provoca que los tejidos absorban la glucosa. Los tejidos la absorben tan rápidamente que el rápido cambio del nivel de azúcar en sangre, nos deja cansados e irritables.
  • Alteración de la química cerebral. Los alimentos ricos en azúcar y grasas estimulan la liberación de opioides y dopamina, las mismas sustancias químicas que el cerebro libera cuando se consumen drogas, por lo que se puede llegar a desarrollar una adicción que nos generará ansiedad y síndrome de abstinencia, al privarnos de la comida chatarra.

Por consiguiente, una alimentación equilibrada y completa es el primer paso para conseguir una buena salud tanto física como mental. No debemos banalizar el impacto que tienen algunos hábitos que por muy normales que puedan parecer, no dejan de ser perjudiciales.

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