Consejos para ayudar a tu hijo introvertido

17 de julio de 2015

En realidad, la introversión no es un trastorno sino un rasgo de la personalidad que, en muchas ocasiones, dificulta las relaciones sociales. Aunque no existe una edad establecida para el comienzo de la introversión, sí podemos afirmar que a partir de los 4 años una persona ya tiene una representación básica sobre sí misma. Lo cierto es que podemos comprobar cómo los niños extrovertidos establecen rápidamente comunicación con los demás mientras que los introvertidos se quedan más parados y les cuesta entablar conversaciones, hecho que suele preocupar a los padres.

A aquellos padres que sientan esta preocupación, una serie de consejos y pautas de actuación pueden servirles de gran ayuda.

  • No forzar al niño . En encuentros sociales, hacerle saber que hay más niños y que puede involucrarse. Es útil sugerir juegos o actividades de tiempo libre, pero sin establecer una obligación.
  • No etiquetar . No es aconsejable asumir por el niño la introversión, ni hablar en su nombre ni dar explicaciones por su falta de interacción.
  • Ensayar con el niño situaciones sociales . Es el denominado “role playing”. Mamá o papá representan el papel de la persona a la que el niño pide algo; un amigo, un camarero, etc. Eso les hace tomar seguridad ante las situaciones.

Aún así, debemos aprender a distinguir la introversión de la timidez. Esta última no es un rasgo de la personalidad pues la persona tímida quiere relacionarse pero se inhibe de hacerlo. En estos casos, es importante detectar la timidez y trabajar pequeñas técnicas con las que dotar al niño de habilidades sociales. Es importante no etiquetarlos y no sobreprotegerlos para que ellos resuelvan por sí mismos aquellas situaciones en las que sientan la timidez. Es fundamental reforzarlos, no criticarlos y favorecer actividades que promuevan el contacto con otros niños.

 

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.