Cuando reaccionamos desproporcionadamente

11 de julio de 2018

El catastrofismo es un método de afrontamiento que consiste en ponerse en lo peor ante situaciones nuevas e inciertas, así puedes sentir alivio al darte cuenta que “no ha sido tan horrible”. Este método suele ser utilizado por personas ansiosas, dado que al sentir altos niveles de ansiedad, buscan una forma de descargarse de esta sensación tan desagradable, intentando controlar al máximo la situación al ponerse en el peor escenario. Así lo refleja un artículo publicado por Linda Blair en el periódico inglés The Guardian.

El problema, es que este método no te permite gestionar tu ansiedad de forma interna y calmar tu mismo el malestar por la situación, sino que te hace gestionarla de forma externa, lo cual supone que tu bienestar o malestar depende únicamente de las cosas que suceden.

El catastrofismo empieza por ejemplo, al sentir algún tipo de molestia y pensar que puede ser algo grave. En ese momento buscamos nuestros síntomas en internet o acudimos al médico, pues necesitamos que otra persona nos reasegure que todo está bien. El problema, es que aunque en ese momento nos sentimos mejor, en nuestro cerebro queda grabado que debemos buscar información o ayuda cada vez que nos pase algo, ya que pensamos que nuestros síntomas corresponden a una enfermedad grave. Así, los catastrofistas entran en un ciclo vicioso por el cual buscan opinión externa ante el más mínimo síntoma y cada vez necesitan mas opiniones diversas.

Todo ello a nivel ansioso, se traduce en que se produce un aumento de la ansiedad, que ellos mismos son incapaces de calmar y acaban necesitando siempre un agente externo para tranquilizarse.

En opinión del Dr. Carbonell, frente a estos mecanismos de reaccionar, es importante buscar ayuda psicológica para aprender a gestionar mejor los eventos de la vida sin tanto sufrimiento.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.