El daño irreversible de la marihuana en los adolescentes

9 de mayo de 2017

Los adolescentes que fuman cannabis dañan sus cerebros de por vida y pueden ser más propensos a desarrollar esquizofrenia.

Sylvina Mullins Raver, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y autora principal del estudio, explica “Queríamos identificar los fundamentos biológicos y determinar si existe un riesgo real y permanente para la salud por el uso de la marihuana”.

El estudio, realizado en EE.UU y publicado en la revista Neuropsychopharmacology, expuso a ratones jóvenes a dosis muy bajas del principio activo de la marihuana durante 20 días. Se encontró que su actividad cerebral estaba dañada, manteniéndose el deterioro en la edad adulta.

Los científicos comenzaron examinando las oscilaciones corticales en ratones. Las oscilaciones corticales son patrones de la actividad de las neuronas en el cerebro y se cree que subyacen en las diversas funciones cerebrales. Estas oscilaciones son muy anormales en la esquizofrenia y en otros trastornos psiquiátricos.

Los resultados ponen de relieve cómo los adolescentes que fuman regularmente cannabis pueden tener un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia. Los investigadores estadounidenses explican que esta droga es particularmente peligrosa para personas que tienen una susceptibilidad genética a la esquizofrenia y podría ser el desencadenante de la misma.

“En los ratones adultos expuestos a los principios activos de la marihuana durante la adolescencia, encontramos que las oscilaciones corticales estaban muy alteradas, y exhibieron habilidades cognitivas deterioradas”, dijo Raver.

El sorprendente hallazgo es que, a pesar de que los ratones estuvieron expuestos a dosis muy bajas, y sólo durante un breve período durante la adolescencia, sus anomalías cerebrales persistieron hasta la edad adulta.

Los científicos repitieron el experimento, esta vez dando marihuana a ratones adultos que nunca habían consumido antes la droga. Sus oscilaciones corticales y su capacidad para realizar tareas cognitivas permanecieron normales, lo que indica que fue sólo la exposición a cannabis durante los años críticos de la adolescencia lo que afectó la actividad cerebral.

Según Keller “Encontramos que la corteza frontal se ve mucho más afectada por las drogas durante la adolescencia” . Esta es el área del cerebro que controla las funciones ejecutivas como la planificación y el control de los impulsos . Es también el área más afectada en la esquizofrenia .

En los últimos 20 años ha habido una gran controversia sobre los efectos a largo plazo de la marihuana, con expertos divididos sobre sus efectos a largo plazo en los adolescentes.

Investigaciones anteriores han demostrado que los niños que comenzaron a usar marihuana antes de los 16 años corren mayor riesgo de daño cerebral permanente y tienen una incidencia significativamente mayor de trastornos psiquiátricos.

Conclusiones:

 Por consiguiente el Dr. Carbonell concluye con la revisión a dicho artículo lo siguiente:

  • Incluso pequeños consumos de cannabis durante un breve periodo en la adolescencia generan una alteración en la actividad cerebral de por vida.
  • Las alteraciones consisten en un deterioro en el control de impulsos y la capacidad de planificación.
  • La marihuana es particularmente perjudicial para personas que tienen un historial familiar de enfermedad mental, incrementando de manera exponencial el riesgo de padecer esquizofrenia.
Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.
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El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.