Los padres también pueden deprimirse durante y después del embarazo

24 de abril de 2017

Investigadores de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) han observado que hay padres que también experimentan problemas emocionales cuando sus mujeres quedan embarazadas o después de tener a su bebé.

En un estudio con casi 4.000 hombres cuyos resultados publica la revista ‘JAMA Psychiatry’ muestra que cerca del 6 por ciento tenían síntomas elevados de depresión en algún momento del embarazo de su pareja o durante los nueve meses posteriores al parto.

“Creo que es importante que las parejas sean conscientes de que cualquiera de ellos puede estar deprimido y deben buscar ayuda”, ha reconocido Lisa Underwood, principal autora del estudio.

Diferentes estudios apuntan a que hasta un 9 por ciento de los hombres sufren una depresión en algún momento de sus vida, y por ello Underwood y su equipo creen que un embarazo o tener un hijo puede aumentar el riesgo de padecerlas, a pesar de que siempre se ha puesto el foco en las mujeres.

En el estudio analizaron la salud mental de las parejas de las mujeres que participaron en el estudio ‘Growing Up in New Zealand’, realizado entre abril de 2009 y marzo de 2010. En total, entrevistaron a 3.826 padres mientras sus parejas estaban embarazadas. Luego hubo una segunda ronda de entrevistas a 3.549 participantes nueve meses después de que nacieran sus hijos.

Así, vieron que el 2,3 por ciento de los padres tenían síntomas elevados de depresión mientras que sus parejas estaban embarazadas. Y tras nacer su hijo, el porcentaje se elevó hasta un 4,3 por ciento .

Los síntomas observados durante el embarazo estaban relacionados con su nivel de estrés o una mala salud. Y tras nacer, la depresión era más frecuente en aquellos hombres que habían sufrido estrés durante el embarazo, que no llevaban mucho con su pareja, los que tenían una peor salud, se encontraban sin trabajo o ya habían sufrido otro episodio de depresión con anterioridad .

No obstante, los autores admiten que tras los resultados no pueden determinar si la depresión es la causante de la mala salud que manifiestan los afectados o, en cambio, es consecuencia de la misma, ha admitido Underwood, que en cualquier caso aboga por “dar más apoyo a las parejas en esta etapa”.

“Sabemos que el bienestar mental de cualquiera de los padres repercute en el otro, en su relación y en su familia”, ha añadido esta experta.

Por consiguiente, no debemos caer en los estereotipos de que los hombres ni sufren ni padecen a lo largo del embarazo de sus parejas, ya que ha quedado demostrado que aunque en menor medida también puede afectarles emocionalmente.

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El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda un tema muy común pero pocas veces verbalizado con la crudeza que merece: la autoexigencia desmedida y el castigo constante hacia uno mismo . En su reflexión, nos muestra cómo muchas personas llegan a consulta cargando un discurso interior implacable: se critican, se juzgan, se sienten insuficientes, frustradas con su vida, su apariencia, sus logros… o más bien, la ausencia de estos según sus expectativas. Carbonell destaca cómo esta forma de pensar nos lleva a una percepción distorsionada , donde todo parece estar mal. La vida se siente vacía, gris, “sosa”, como él mismo dice. Uno empieza a dejar de valorar las pequeñas cosas que realmente hacen la diferencia: una comida compartida, una amistad sincera, el tiempo que alguien dedica a nosotros, el amor que otros nos dan incluso cuando nosotros mismos no nos sentimos dignos de recibirlo. Él insiste en que no se puede vivir bajo el látigo de la comparación constante con las imágenes idealizadas que vemos en redes sociales, ni con los estándares imposibles que nos imponemos como si tuviéramos que ser siempre la mejor versión de todo: la pareja perfecta, el amigo ideal, el profesional imparable. Esta presión solo nos conduce al agotamiento emocional y a la sensación de fracaso permanente. Lo más paradójico es que esa versión de ti que a veces desprecias... es la que otros aman, desean y valoran profundamente. No necesitas reinventarte todos los días ni ser espectacular para tener valor. A veces, simplemente estar, ya es suficiente. Vivir con más compasión, más ternura hacia uno mismo, es el punto de partida hacia una vida más plena y equilibrada.  En conclusión, gira la tortilla mental , deja de narrarte en negativo y empieza a vivir desde el aprecio y no desde el juicio . Porque como dice el doctor: "Pensad que valéis muchísimo… y a vivir la vida."
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El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, plantea una verdad incómoda pero universal: todos mentimos en algún momento de nuestra vida , incluso cuando afirmamos lo contrario. Y al hacerlo, probablemente también estamos mintiendo. Según el doctor, mentir es un recurso humano , una herramienta que, aunque no siempre sea ética, muchas veces se utiliza como un atajo para evitar conflictos, suavizar una verdad dolorosa o simplemente para ahorrarse explicaciones. Lo interesante de su enfoque es que no condena moralmente la mentira , sino que la analiza desde una perspectiva realista. Las llamadas “mentirijillas” forman parte del tejido social cotidiano. Sin embargo, esto no exime de consecuencias . Carbonell advierte que hay dos grandes riesgos al mentir: el primero es que, si alguien te descubre, pierdes credibilidad y empiezan a verte como una persona poco confiable. El segundo es que, incluso cuando digas la verdad, la duda ya estará sembrada y será más difícil que los demás crean en tu versión de los hechos. Por eso, su recomendación es clara y sencilla: intenta tener una sola versión de la historia , que sea honesta y coherente. Esto no solo te protege de futuras contradicciones, sino que también refuerza tu integridad personal. Si alguien no te cree, eso ya no depende de ti. Pero si tú sabes que estás siendo claro y honesto, llevas las de ganar. Además, el Dr. Carbonell subraya que las explicaciones sinceras, aunque a veces incómodas, suelen ser más efectivas y respetadas que las mentiras piadosas. Decir la verdad no siempre garantiza una reacción positiva inmediata, pero sí construye relaciones más auténticas y duraderas a largo plazo.  En resumen, mentir puede parecer fácil en el momento , pero a menudo complica más de lo que soluciona. La verdad, aunque incómoda, te libera. Por eso, en palabras del doctor, “mi recomendación es no dejar de reconocer las cosas, porque a la larga, la sinceridad siempre sale más rentable .”