¿Es normal la ansiedad durante y después del embarazo?

19 de abril de 2017

En Fox News Health, Julie Revelant, periodista de salud y consultora, publica un artículo que recoge la opinión de diferentes expertos sobre los trastornos de ansiedad después del embarazo y las pautas a seguir para paliar sus efectos.

La otra condición posparto

Los expertos estiman que los trastornos de ansiedad perinatal, que incluyen trastorno de ansiedad generalizada (TAG), trastorno de pánico y trastorno obsesivo compulsivo (TOC), son tan comunes como la depresión posparto.

Según un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, más del 17% de las madres que tuvieron un bebé en los últimos tres meses fueron diagnosticadas con trastornos de ansiedad, mientras que casi el 5 % fueron diagnosticadas con depresión.

Es más, según otro estudio publicado en el Journal of Reproductive Medicine, el 11% de las madres tenían síntomas de TOC dos semanas después de dar a luz. A los seis meses, casi el 50% de esas mujeres seguían teniendo síntomas.

Ansiedad: ¿Qué es lo normal?

  Durante el embarazo y después de tener un bebé, es normal que las madres experimenten ansiedad, en parte debida a las fluctuaciones hormonales. Sentirse ansioso es una respuesta natural al convertirse en madre porque ayuda a las mujeres a estar alerta y proteger a sus bebés.

De hecho, el embarazo cambia el tamaño y la estructura de las partes del cerebro que son responsables del procesamiento social , y puede ayudar a las madres a proteger y alimentar a sus bebés, según un estudio publicado en la revista Nature Neusroscience.

“No me sorprendería que las mujeres estuvieran neurológicamente más ansiosas porque tienen que estar adecuadamente más atentas para satisfacer las necesidades de un recién nacido”, dijo la Dra. Alice Domar, directora ejecutiva del Centro Domar de Salud Mental / Cuerpo en Boston.

La ansiedad también puede aumentar a medida que las madres se dan cuenta de la enorme responsabilidad que ahora tienen y cómo han cambiado sus vidas. Tener un bebé puede ser estresante, incluso para las madres que esperaban la maternidad y para aquellas que luchaban con la infertilidad.

La preocupación y la ansiedad excesivas llegan a ser problemáticas cuando esos sentimientos interfieren con la capacidad de llevar el día a día. Los médicos usan la frecuencia, duración e intensidad de los problemas del paciente para determinar el nivel de angustia.

Aunque hay una mayor conciencia sobre la depresión posparto, muchas madres que sufren de ansiedad no buscan tratamiento. Es más, en Estados Unidos, todavía hay prejuicios en torno a las condiciones de salud mental y muchas madres no siempre son rápidas en admitir su malestar.

Los expertos recomiendan ciertas pautas para las madres que luchan contra la ansiedad:

  • Reconocer sus sentimientos

En lugar de intentar negar cómo se sienten, empeorando su malestar, admita sus sentimientos y acepte que no hay nada raro en tener ansiedad.

  • Hablar con alguien

Busque un terapeuta en quien confíe o pídale a su obstetra o ginecólogo que le derive. Aunque pueda sentir que nunca va a terminar, la ansiedad posparto responde muy bien al tratamiento.

  • Hacer algo más

Centrarse en su ansiedad hace que esta aumente, así que cuando la está experimentando, tenga una lista de cosas que le distraigan de las rumiaciones. Saque su bebé a pasear, prepare una taza de té o llame a un amigo.

  • Ejercicio

Los estudios sugieren que el ejercicio regular puede ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad. Ya sea su clase favorita en el gimnasio, una carrera en su barrio, o una clase de yoga, trate de sacar tiempo para moverse.

  • Busque amigos

Pasar tiempo con amigos o unirse al grupo madres primerizas, donde las madres son honestas y genuinas, puede ayudarle a darse cuenta de que no está solo.

  • Dormir

Cuando tienes un recién nacido, dormir suena como un lujo que no nos podemos permitir. Pero si usted está lidiando con la ansiedad, puede suponer una gran diferencia en cómo se siente. Pídale a su pareja, a un miembro de la familia o considere la posibilidad de contratar a alguien que cuide del bebé para que pueda dormir un poco.

  • Sea flexible consigo misma.

En lugar de ir con prisas todo el día tratando de asegurarse de hacer todo perfectamente, acepte lo que no puede hacer, y que hacer lo que pueda es suficiente.

En conclusión, la adaptación a la maternidad es un proceso que conlleva cierto grado de esfuerzo y que puede resultar en estrés o ansiedad. El seguir las pautas arribas mencionadas puede hacer que ese proceso sea más fácil y llevadero, evitando que se llegue a desarrollar un cuadro patológico que precise tratamiento.

Por Instituto Carbonell 28 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda junto a la especialista M. Miranda un fenómeno psicológico muy común: la procrastinación , es decir, el hábito de postergar tareas importantes, aunque sepamos que deberíamos hacerlas. Según el Dr. Carbonell, la procrastinación no es simple pereza , sino una estrategia de evitación emocional. Cuando una tarea genera incomodidad —como miedo al fracaso, estrés, inseguridad o presión—, el cerebro activa un mecanismo de defensa: evitar lo que produce malestar y refugiarse en actividades que generan gratificación inmediata (como mirar el móvil, ordenar, o ver series). Este patrón, explica, se vincula directamente con la autoestima . Muchas personas postergan porque no confían en sus capacidades , temen no estar a la altura de lo que se espera de ellas o de lo que ellas mismas se exigen. Al evitar actuar, preservan su autoimagen, pero también alimentan un ciclo de más ansiedad y frustración . La solución, según el Dr. Carbonell, no está en forzarse a hacer las cosas a toda costa , sino en entender las emociones que hay detrás de esa evitación . Solo así se puede romper el patrón. Propone: Reconocer lo que sientes antes de evitar una tarea. Dividir los objetivos en pasos pequeños y alcanzables. Tratarse con amabilidad en lugar de crítica constante. Establecer metas realistas, no perfectas. Y si este patrón afecta tu día a día, insiste en la importancia de consultar con un profesional de salud mental , para ayudarte a identificar el origen emocional y trabajarlo adecuadamente. En resumen, procrastinar no es olvidarse de tus tareas, sino olvidarse de ti : de tu bienestar, de tu valor, de tu capacidad. La clave está en reconectar contigo desde la comprensión, no desde la exigencia.
Por Instituto Carbonell 27 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda un tema muy común pero pocas veces verbalizado con la crudeza que merece: la autoexigencia desmedida y el castigo constante hacia uno mismo . En su reflexión, nos muestra cómo muchas personas llegan a consulta cargando un discurso interior implacable: se critican, se juzgan, se sienten insuficientes, frustradas con su vida, su apariencia, sus logros… o más bien, la ausencia de estos según sus expectativas. Carbonell destaca cómo esta forma de pensar nos lleva a una percepción distorsionada , donde todo parece estar mal. La vida se siente vacía, gris, “sosa”, como él mismo dice. Uno empieza a dejar de valorar las pequeñas cosas que realmente hacen la diferencia: una comida compartida, una amistad sincera, el tiempo que alguien dedica a nosotros, el amor que otros nos dan incluso cuando nosotros mismos no nos sentimos dignos de recibirlo. Él insiste en que no se puede vivir bajo el látigo de la comparación constante con las imágenes idealizadas que vemos en redes sociales, ni con los estándares imposibles que nos imponemos como si tuviéramos que ser siempre la mejor versión de todo: la pareja perfecta, el amigo ideal, el profesional imparable. Esta presión solo nos conduce al agotamiento emocional y a la sensación de fracaso permanente. Lo más paradójico es que esa versión de ti que a veces desprecias... es la que otros aman, desean y valoran profundamente. No necesitas reinventarte todos los días ni ser espectacular para tener valor. A veces, simplemente estar, ya es suficiente. Vivir con más compasión, más ternura hacia uno mismo, es el punto de partida hacia una vida más plena y equilibrada.  En conclusión, gira la tortilla mental , deja de narrarte en negativo y empieza a vivir desde el aprecio y no desde el juicio . Porque como dice el doctor: "Pensad que valéis muchísimo… y a vivir la vida."
Por Instituto Carbonell 26 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, plantea una verdad incómoda pero universal: todos mentimos en algún momento de nuestra vida , incluso cuando afirmamos lo contrario. Y al hacerlo, probablemente también estamos mintiendo. Según el doctor, mentir es un recurso humano , una herramienta que, aunque no siempre sea ética, muchas veces se utiliza como un atajo para evitar conflictos, suavizar una verdad dolorosa o simplemente para ahorrarse explicaciones. Lo interesante de su enfoque es que no condena moralmente la mentira , sino que la analiza desde una perspectiva realista. Las llamadas “mentirijillas” forman parte del tejido social cotidiano. Sin embargo, esto no exime de consecuencias . Carbonell advierte que hay dos grandes riesgos al mentir: el primero es que, si alguien te descubre, pierdes credibilidad y empiezan a verte como una persona poco confiable. El segundo es que, incluso cuando digas la verdad, la duda ya estará sembrada y será más difícil que los demás crean en tu versión de los hechos. Por eso, su recomendación es clara y sencilla: intenta tener una sola versión de la historia , que sea honesta y coherente. Esto no solo te protege de futuras contradicciones, sino que también refuerza tu integridad personal. Si alguien no te cree, eso ya no depende de ti. Pero si tú sabes que estás siendo claro y honesto, llevas las de ganar. Además, el Dr. Carbonell subraya que las explicaciones sinceras, aunque a veces incómodas, suelen ser más efectivas y respetadas que las mentiras piadosas. Decir la verdad no siempre garantiza una reacción positiva inmediata, pero sí construye relaciones más auténticas y duraderas a largo plazo.  En resumen, mentir puede parecer fácil en el momento , pero a menudo complica más de lo que soluciona. La verdad, aunque incómoda, te libera. Por eso, en palabras del doctor, “mi recomendación es no dejar de reconocer las cosas, porque a la larga, la sinceridad siempre sale más rentable .”