Depresión: ¿falta de voluntad o de neurotransmisores?

11 de marzo de 2016

Cuando estamos deprimidos nos sentimos invadidos por un sentimiento de apatía que puede ser de mayor o menor grado. El desinterés y la incapacidad para disfrutar también se hacen evidentes.

Ante esta situación, es común que nuestro entorno nos anime a hacer cosas con la intención de que recuperemos el ánimo. No obstante, hay que tener en cuenta que muchas veces, las personas deprimidas simplemente no pueden, igual que quien se ha fracturado la pierna, no puede caminar.

Suele ocurrir que las sugerencias para “levantar el ánimo” por parte del entorno, acaban adquiriendo cierto tono de crítica apelando a la falta de voluntad del deprimido, como si solo se tratase de una cuestión de “querer” en lugar de “poder”. Ante la incapacidad del deprimido de lograr animarse por sí mismo y retomar sus actividades, este añade a sus síntomas más culpa y frustración, pues al parecer todos tienen claro que sólo depende de él.

No debemos olvidar la influencia de la química en el cuerpo.  El desequilibrio y desbalance de determinadas sustancias en nuestro organismo y especialmente en nuestro cerebro pueden ser la causa de esa “falta de voluntad” que caracteriza a la depresión .  Es por ello que la mayoría de tratamientos actuales para la falta de voluntad y demás síntomas depresivos, son farmacológicos, además de la terapia psicológica.

En conclusión, es importante considerar que los factores responsables de la apatía y falta de motivación suelen responder a desequilibrios químicos, por lo que es necesario tratarlos convenientemente, en lugar de aumentar el sentimiento de frustración y culpa del deprimido forzándole a utilizar una “voluntad” que en ese momento está lesionada y requiere de rehabilitación.

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¿Duermes bien por las noches? El problema es que muchas personas no duermen bien. Algunas de las causas por las que esto sucede son el estrés, vivir a contratiempo, uso de pantallas antes de dormir, pensar demasiado, entre otras. Tal y como indica Cordellat, A. en el artículo, cuando dormimos nuestro cuerpo no se apaga, sino que trabaja para repararse y recargarse. ¿Qué sucede mientras dormimos? Se consolidan nuevos aprendizajes, nuestro sistema inmunológico se fortalece, tu cuerpo se recupera, tu corazón baja el ritmo y se regulan las hormonas. También se explican algunas pautas fáciles que pueden marcar la diferencia: Establece una rutina relajante antes de acostarte Apaga pantallas al menos una hora antes de dormir Evita comidas pesadas y procura cenar al menos dos horas antes de ir a la cama Limita el café, té, y azúcar. Elimina el alcohol Controla las siestas (máximo 20-30 minutos) Haz ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir Aprende a gestionar el estrés, y si es necesario con ayuda de un profesional de la salud mental  En opinión del Dr. Carbonell, dormir no es perder el tiempo, es cuidarte. El sueño no debería verse como una opción, sino como una prioridad. Invertir en un buen descanso es invertir en tu salud física, mental y emocional.
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