Depresión: ¿falta de voluntad o de neurotransmisores?

11 de marzo de 2016

Cuando estamos deprimidos nos sentimos invadidos por un sentimiento de apatía que puede ser de mayor o menor grado. El desinterés y la incapacidad para disfrutar también se hacen evidentes.

Ante esta situación, es común que nuestro entorno nos anime a hacer cosas con la intención de que recuperemos el ánimo. No obstante, hay que tener en cuenta que muchas veces, las personas deprimidas simplemente no pueden, igual que quien se ha fracturado la pierna, no puede caminar.

Suele ocurrir que las sugerencias para “levantar el ánimo” por parte del entorno, acaban adquiriendo cierto tono de crítica apelando a la falta de voluntad del deprimido, como si solo se tratase de una cuestión de “querer” en lugar de “poder”. Ante la incapacidad del deprimido de lograr animarse por sí mismo y retomar sus actividades, este añade a sus síntomas más culpa y frustración, pues al parecer todos tienen claro que sólo depende de él.

No debemos olvidar la influencia de la química en el cuerpo.  El desequilibrio y desbalance de determinadas sustancias en nuestro organismo y especialmente en nuestro cerebro pueden ser la causa de esa “falta de voluntad” que caracteriza a la depresión .  Es por ello que la mayoría de tratamientos actuales para la falta de voluntad y demás síntomas depresivos, son farmacológicos, además de la terapia psicológica.

En conclusión, es importante considerar que los factores responsables de la apatía y falta de motivación suelen responder a desequilibrios químicos, por lo que es necesario tratarlos convenientemente, en lugar de aumentar el sentimiento de frustración y culpa del deprimido forzándole a utilizar una “voluntad” que en ese momento está lesionada y requiere de rehabilitación.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.