Depresión: ¿falta de voluntad o de neurotransmisores?

11 de marzo de 2016

Cuando estamos deprimidos nos sentimos invadidos por un sentimiento de apatía que puede ser de mayor o menor grado. El desinterés y la incapacidad para disfrutar también se hacen evidentes.

Ante esta situación, es común que nuestro entorno nos anime a hacer cosas con la intención de que recuperemos el ánimo. No obstante, hay que tener en cuenta que muchas veces, las personas deprimidas simplemente no pueden, igual que quien se ha fracturado la pierna, no puede caminar.

Suele ocurrir que las sugerencias para “levantar el ánimo” por parte del entorno, acaban adquiriendo cierto tono de crítica apelando a la falta de voluntad del deprimido, como si solo se tratase de una cuestión de “querer” en lugar de “poder”. Ante la incapacidad del deprimido de lograr animarse por sí mismo y retomar sus actividades, este añade a sus síntomas más culpa y frustración, pues al parecer todos tienen claro que sólo depende de él.

No debemos olvidar la influencia de la química en el cuerpo.  El desequilibrio y desbalance de determinadas sustancias en nuestro organismo y especialmente en nuestro cerebro pueden ser la causa de esa “falta de voluntad” que caracteriza a la depresión .  Es por ello que la mayoría de tratamientos actuales para la falta de voluntad y demás síntomas depresivos, son farmacológicos, además de la terapia psicológica.

En conclusión, es importante considerar que los factores responsables de la apatía y falta de motivación suelen responder a desequilibrios químicos, por lo que es necesario tratarlos convenientemente, en lugar de aumentar el sentimiento de frustración y culpa del deprimido forzándole a utilizar una “voluntad” que en ese momento está lesionada y requiere de rehabilitación.

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El Dr. José Carbonell desmonta un mito muy común: la creencia de que solo se debe acudir al psiquiatra o al psicólogo cuando uno está en una situación crítica o "muy mal". Desde su experiencia médica y psiquiátrica, insiste en que es un error esperar a tocar fondo para buscar ayuda profesional. La terapia no está reservada únicamente para casos graves; al contrario, puede ser una herramienta valiosa para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Explica que los profesionales de la salud mental pueden ayudar en temas tan diversos como el insomnio, la alimentación, la ansiedad, los cambios de humor, o la gestión emocional dentro del entorno laboral o familiar. También se trabaja en mejorar la calidad de las relaciones personales, ya sea con padres, pareja o colegas, y en aprender a estructurar mejor el día a día para vivir con más equilibrio y bienestar.  El Dr. Carbonell resalta que acudir a terapia en las etapas iniciales del malestar —antes de que los problemas se agraven— es mucho más efectivo. La intervención temprana facilita un abordaje más preventivo y menos traumático, y permite construir herramientas emocionales para enfrentar la vida con mayor solidez. Por ello, anima a dejar atrás prejuicios y a considerar la terapia como una forma natural y positiva de autocuidado.