Ejercitar la resiliencia
4 de mayo de 2020
La palabra resiliencia, en psicología, se define como la capacidad que tiene una persona de recuperarse tras situaciones difíciles. La habilidad de levantarse, reponerse y salir fortalecido de las adversidades, aprender de la experiencia.
¿Y cómo podemos ser más resilientes? Al ser una habilidad, podemos desarrollarla, por ejemplo, con estas recomendaciones
que os presentamos a continuación:
- Adaptarnos al cambio entrenando la flexibilidad mental. Intentar pensar en diferentes posibles soluciones a nuestro problema nos permitirá mejorar nuestra flexibilidad.
- Fijarnos en nosotros mismos, en nuestros avances, nuestras posibilidades y limitaciones, no compararnos con el resto.
- Aceptar que todos tenemos aspectos a mejorar y ser conscientes que podemos cambiarlos.
- Responsabilizarnos de nosotros mismos. Debemos evitar echar la culpa a los demás y focalizar qué podemos hacer nosotros para solucionar el problema.
- Aprender a aceptar y gestionar nuestras emociones. Necesitamos las emociones. Por eso no debemos bloquearlas, hay que dejar que fluyan de la forma adecuada.
Las personas pasamos por dificultades, que a veces superan nuestros límites. La resiliencia nos ayuda a superar estos retos y conseguir un buen equilibrio emocional y físico. Aunque si lo necesitamos siempre podemos acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden con la situación.
En opinión del Dr. Carbonell,
practicar todo aquello que nos ayude a enfrentarnos a las dificultades en la vida nos protege de cara a poder mantener una buena higiene mental.

¿Duermes bien por las noches? El problema es que muchas personas no duermen bien. Algunas de las causas por las que esto sucede son el estrés, vivir a contratiempo, uso de pantallas antes de dormir, pensar demasiado, entre otras. Tal y como indica Cordellat, A. en el artículo, cuando dormimos nuestro cuerpo no se apaga, sino que trabaja para repararse y recargarse. ¿Qué sucede mientras dormimos? Se consolidan nuevos aprendizajes, nuestro sistema inmunológico se fortalece, tu cuerpo se recupera, tu corazón baja el ritmo y se regulan las hormonas. También se explican algunas pautas fáciles que pueden marcar la diferencia: Establece una rutina relajante antes de acostarte Apaga pantallas al menos una hora antes de dormir Evita comidas pesadas y procura cenar al menos dos horas antes de ir a la cama Limita el café, té, y azúcar. Elimina el alcohol Controla las siestas (máximo 20-30 minutos) Haz ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir Aprende a gestionar el estrés, y si es necesario con ayuda de un profesional de la salud mental En opinión del Dr. Carbonell, dormir no es perder el tiempo, es cuidarte. El sueño no debería verse como una opción, sino como una prioridad. Invertir en un buen descanso es invertir en tu salud física, mental y emocional.