La palabra resiliencia, en psicología, se define como la capacidad que tiene una persona de recuperarse tras situaciones difíciles. La habilidad de levantarse, reponerse y salir fortalecido de las adversidades, aprender de la experiencia.
¿Y cómo podemos ser más resilientes? Al ser una habilidad, podemos desarrollarla, por ejemplo, con estas recomendaciones
que os presentamos a continuación:
Adaptarnos al cambio entrenando la flexibilidad mental. Intentar pensar en diferentes posibles soluciones a nuestro problema nos permitirá mejorar nuestra flexibilidad.
Fijarnos en nosotros mismos, en nuestros avances, nuestras posibilidades y limitaciones, no compararnos con el resto.
Aceptar que todos tenemos aspectos a mejorar y ser conscientes que podemos cambiarlos.
Responsabilizarnos de nosotros mismos. Debemos evitar echar la culpa a los demás y focalizar qué podemos hacer nosotros para solucionar el problema.
Aprender a aceptar y gestionar nuestras emociones. Necesitamos las emociones. Por eso no debemos bloquearlas, hay que dejar que fluyan de la forma adecuada.
Las personas pasamos por dificultades, que a veces superan nuestros límites. La resiliencia nos ayuda a superar estos retos y conseguir un buen equilibrio emocional y físico. Aunque si lo necesitamos siempre podemos acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden con la situación.
En opinión del Dr. Carbonell,
practicar todo aquello que nos ayude a enfrentarnos a las dificultades en la vida nos protege de cara a poder mantener una buena higiene mental.