Técnicas de resolución de problemas
5 de mayo de 2020
La mayoría de las personas definen la felicidad como la ausencia de problemas. Cuando se encuentran con alguna dificultad a la hora de alcanzar un objetivo, se produce cierta ansiedad porque sienten que su felicidad se ve amenazada. Pero, si reflexionamos sobre nuestras experiencias nos damos cuenta que algunos momentos de alegría se han producido por superar obstáculos, por haber sido capaz de transformar y resolver un problema.
Encontramos dos formas de valorar los problemas:
- Orientación positiva hacia el problema = Cuando evaluamos los problemas como situaciones que se pueden resolver.
- Orientación negativa hacia el problema = La tendencia de considerar los problemas como amenazas que no se podrán solucionar o que nos resultará muy complicado hacerlo.
Por lo tanto, podemos decir que no son los problemas que tenemos los que nos influyen, sino la forma en la que decidimos hacerles frente. Que los consideremos como una amenaza o no para nuestro bienestar.
Estas técnicas nos pueden ayudar para afrontar los problemas de una manera más positiva:
- Definir el problema: ¿cuál es?, ¿qué obstáculos hay para la solución?, ¿cuál es mi objetivo? ¿es realista?.
- Buscar posibles soluciones: ¿Qué posibles soluciones hay?. La creatividad en este punto es importante.
- Escoger una solución: ¿qué aspectos soluciona? ¿puedo ponerla en práctica? ¿cuánto tiempo necesitaré? ¿qué necesito? ¿cuales son las consecuencias, positivas y negativas, a corto, medio y largo plazo?
- Poner en práctica y verificar: ¿qué indicadores tengo para evaluar los resultados? ¿he conseguido solucionar el problema?
En opinión del Dr. Carbonell,
es importante intentar ser consciente de cómo nos encontramos a la hora de enfrentarnos a los diferentes problemas. estas técnicas nos pueden ayudar a analizarlos mejor y sopesar las diferentes opciones, sin caer en la negatividad.

¿Duermes bien por las noches? El problema es que muchas personas no duermen bien. Algunas de las causas por las que esto sucede son el estrés, vivir a contratiempo, uso de pantallas antes de dormir, pensar demasiado, entre otras. Tal y como indica Cordellat, A. en el artículo, cuando dormimos nuestro cuerpo no se apaga, sino que trabaja para repararse y recargarse. ¿Qué sucede mientras dormimos? Se consolidan nuevos aprendizajes, nuestro sistema inmunológico se fortalece, tu cuerpo se recupera, tu corazón baja el ritmo y se regulan las hormonas. También se explican algunas pautas fáciles que pueden marcar la diferencia: Establece una rutina relajante antes de acostarte Apaga pantallas al menos una hora antes de dormir Evita comidas pesadas y procura cenar al menos dos horas antes de ir a la cama Limita el café, té, y azúcar. Elimina el alcohol Controla las siestas (máximo 20-30 minutos) Haz ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir Aprende a gestionar el estrés, y si es necesario con ayuda de un profesional de la salud mental En opinión del Dr. Carbonell, dormir no es perder el tiempo, es cuidarte. El sueño no debería verse como una opción, sino como una prioridad. Invertir en un buen descanso es invertir en tu salud física, mental y emocional.