Técnicas de resolución de problemas

5 de mayo de 2020
La mayoría de las personas definen la felicidad como la ausencia de problemas. Cuando se encuentran con alguna dificultad a la hora de alcanzar un objetivo, se produce cierta ansiedad porque sienten que su felicidad se ve amenazada. Pero, si reflexionamos sobre nuestras experiencias nos damos cuenta que algunos momentos de alegría se han producido por superar obstáculos, por haber sido capaz de transformar y resolver un problema. 
 
Encontramos dos formas de valorar los problemas:
  • Orientación positiva hacia el problema = Cuando evaluamos los problemas como situaciones que se pueden resolver. 
  • Orientación negativa hacia el problema = La tendencia de considerar los problemas como amenazas que no se podrán solucionar o que nos resultará muy complicado hacerlo. 
Por lo tanto, podemos decir que no son los problemas que tenemos los que nos influyen, sino la forma en la que decidimos hacerles frente. Que los consideremos como una amenaza o no para nuestro bienestar. 
 
Estas técnicas nos pueden ayudar para afrontar los problemas de una manera más positiva: 
  1. Definir el problema: ¿cuál es?, ¿qué obstáculos hay para la solución?, ¿cuál es mi objetivo? ¿es realista?.
  2. Buscar posibles soluciones: ¿Qué posibles soluciones hay?. La creatividad en este punto es importante. 
  3. Escoger una solución: ¿qué aspectos soluciona? ¿puedo ponerla en práctica? ¿cuánto tiempo necesitaré? ¿qué necesito? ¿cuales son las consecuencias, positivas y negativas, a corto, medio y largo plazo?
  4. Poner en práctica y verificar: ¿qué indicadores tengo para evaluar los resultados? ¿he conseguido solucionar el problema?
En opinión del Dr. Carbonell, es importante intentar ser consciente de cómo nos encontramos a la hora de enfrentarnos a los diferentes problemas. estas técnicas nos pueden ayudar a analizarlos mejor y sopesar las diferentes opciones, sin caer en la negatividad.
 

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.