El “síndrome de la cabaña”
6 de mayo de 2020
Tras muchos días confinados en casa, ha llegado la oportunidad de salir, pero no todo el mundo lo ha recibido de la misma manera. Por un lado, las que tenían muchas ganas de la salida, y por el otro, las que no les resulta tan placentero la idea de volver a la calle. Este segundo grupo, es posible, que esté pasando por el
“síndrome de la cabaña”.
Este síndrome se podría definir como el estado emocional que se observa en personas después de haber estado recluidas durante un tiempo. Sienten miedo por volver a salir. Algunas personas están experimentando miedo, incluso pánico o fobia, estos días de desescalada. Prefieren quedarse en casa, ya que es el lugar donde se sienten seguros.
¿Por qué puede aparecer este miedo?
- La sobreexposición a la información negativa
- La incertidumbre de la situación
- Si hemos vivido solos la cuarentena
- Si hemos pasado por situaciones difíciles (enfermedad, fallecimiento de familiares, …)
- El cambio en nuestra forma de relacionarnos (protocolo de no contacto físico)
¿Qué podemos hacer si sentimos miedo a salir a la calle?
- Entender que cierta preocupación es normal.
- Organizar nuestra salida a la calle de forma progresiva.
- Seguir con las actividades que nos gusta hacer.
- Tomar las precauciones necesarias (mascarilla, guantes, horario, …)
En opinión del Dr. Carbonell,
se recomienda volver a la normalidad a nuestro ritmo. Una vuelta gradual nos facilitará la adaptación a nuestra “nueva vida”. Aquellos que tengan dificultades siempre pueden recurrir a profesionales de la salud mental para facilitar este proceso.

El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.

El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.

El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.

