El alcohol, altamente perjudicial a cualquier dosis

17 de diciembre de 2018

Muchas investigaciones objetivas han querido poner en duda la creencia popular de que el alcohol favorece nuestra salud.  El artículo del British Medical Journal del 20 de septiembre del 2018 publicado por los catedráticos Kypri y McCambridge analiza este fenómeno. Así, afirman que se ha llevado a cabo un análisis realizado en 195 países, desde 1990 a 2016, que concluye que no hay niveles de alcohol que produzcan ningún beneficio en nuestra salud , si no que su consumo está más relacionado con un problema de salud global, incluyendo la probabilidad de sufrir cáncer, entre otras enfermedades graves.

El alcohol es consumido por 2.4 billones de personas globalmente en el mundo. Esta sustancia es la responsable de aproximadamente 2.8 millones de muertes al año. En Reino Unido, el alcohol es una droga que causa incluso más daños que la heroína, el crack o el tabaco. Sin embargo, a pesar de conocer sus efectos nocivos, existe en la sociedad la creencia de que el consumo de alcohol, en dosis más bajas, tiene beneficios para la salud.

El alcohol no solo tiene un efecto negativo a largo plazo, al igual que el tabaco, si no que también puede causar muertes repentinas. De esta forma, el alcohol es el causante de un mayor promedio de muertes de jóvenes incluso por delante del tabaco.

Por ello, otros autores recalcan la necesidad de recordar que el alcohol es una droga altamente perjudicial , por lo que debería remarcarse nombrarlo como tal, tanto en las industrias como en la sociedad, para así visualizar y dar a conocer que cualquier cantidad de alcohol significa un riesgo para la salud de las personas.

En opinión del Dr. Carbonell, el alcohol ha estado presente en nuestras vidas en todas las celebraciones. Está ampliamente aceptado culturalmente e incluso se le ha relacionado con tener cierto efecto beneficioso para la salud. Nada más lejos de la realidad, en la actualidad están saliendo múltiples estudios que demuestran que no sólo no tiene ningún efecto beneficioso, sino que es perjudicial a nivel de la salud. Como en su día hicimos con el tabaco, debemos poder desvincular nuestros hábitos del consumo de alcohol y tomar conciencia de lo perjudicial que es.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.