El alcohol perjudica el sueño

15 de abril de 2021

En nuestra sociedad, consumir alcohol cada vez está más normalizado. Parece que nos hemos olvidado de todas las consecuencias negativas que tiene para nuestra salud física y mental. Esto ha ocurrido porque en torno al alcohol existen una serie de creencias falsas sobre su consumo, como por ejemplo que ayuda a dormir mejor. 


Jessica Spendlove, nutricionista, explica en la revista “Bead Threads” “tan solo un vaso de vino puede tener un impacto en la calidad del sueño, ya que interfiere en la fase REM del sueño”. La fase REM es cuando nuestro cerebro está activo, ya que soñamos y consolidamos la memoria. El alcohol hace que el cerebro se active más por lo que impide que nuestro sueño sea ligero, e incluso aumenta la probabilidad que nos despertemos durante la noche. Otro efecto que tiene el alcohol es que nos deshidrata. La necesidad de beber agua durante la noche también será motivo de interrumpir el descanso.


Son varios los estudios que afirman el efecto del alcohol cuando dormimos. Un ejemplo es el realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Melbourne, donde se demostró que tomar alcohol antes de dormir aumenta la activación del cerebro, alterando el ciclo del sueño y por lo tanto afectando al descanso.


Aunque al principio el alcohol tenga un efecto relajante, luego se produce lo contrario en nuestro cerebro. Por eso, se debe evitar el consumo de alcohol, no solo antes de dormir, sino en nuestro día a día. De esta forma descansaremos mejor y prevendremos la aparición de enfermedades como la depresión, cardiopatías, etc. 


En opinión del psiquiatra Dr. Carbonell, desde Palma, una vez más queda en evidencia que el alcohol es perjudicial para la salud mental, incluso en pequeñas cantidades. En este caso, vemos como altera la fase REM del sueño provocando el no tener un sueño reparador lo cual hace que empeore nuestro estado general.


Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.