El estrés del cuidador

8 de abril de 2021

Hacerse cargo del cuidado de otra persona implica asumir ciertas responsabilidades y realizar acciones que tal vez no estamos preparados y a las que tenemos que acostumbrarnos. Esto se agrava si la otra persona padece alguna enfermedad o se encuentra en una situación de dependencia. Cuando esta responsabilidad se prolonga en el tiempo y la carga física y psicológica cada vez en mayor, es posible que se desarrolle el síndrome del cuidador. 


Este síndrome aparece cuando una persona cuida a otra dependiente y esto provoca que su vida se base en la atención continua, generando un agotamiento físico y psicológico que puede derivar en otros síntomas como ansiedad, depresión, aislamiento, problemas de sueño, etc. Ejercer el papel de cuidador implica que su propia vida cambia, tanto su tiempo, su rutina, sus relaciones sociales, etc. Por eso, para reducir el impacto del cambio os explicamos algunas recomendaciones que nos ayudarán a gestionar mejor la situación y nuestro estado de ánimo:


  • Buscar momentos de desconexión como ocio, descanso, cuidado de uno mismo, ...
  • Organizar las tareas para sobrellevar mejor la situación
  • Si es el caso, aquellas tareas que pueda seguir haciendo la persona cuidada dejar que lo siga haciendo para favorecer a su autonomía.
  • Mantener las relaciones sociales previas para evitar el aislamiento social
  • Intentar buscar apoyos y recursos externos para que nos ayuden con el cuidado, y no ser el único cuidador. 
  • En la medida de lo posible tener hábitos de vida saludable (alimentación, deporte, …)
  • Adaptar el entorno, consiguiendo una mayor comodidad para ambos. 
  • Informarse sobre la enfermedad de la persona cuidada, y si es posible formarse. Esto nos ayudará a comprender mejor los síntomas y las conductas que observamos en el otro.
  • Ponerse en contacto con profesionales de la salud mental para que nos ayuden gestionar las emociones y los pensamientos que nos produce la situación. 


En opinión del psiquiatra Dr. Carbonell, desde Palma, cuidar a otra persona implica un esfuerzo y responsabilidad, que si no se controla tiene consecuencias en la salud del cuidador. Por eso se recomienda seguir estas pautas para prevenir la aparición de este síndrome. No hay que olvidar que es tan importante cuidar al otro como a uno mismo.

Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.
Por Instituto Carbonell 11 de junio de 2025
El Dr. Carbonell aborda el fenómeno de la doble vida, un comportamiento que, aunque sorprendente, ha observado en numerosas ocasiones a lo largo de su experiencia clínica. Explica que existen personas que son capaces de mantener dos vidas paralelas —en ocasiones, incluso dos familias distintas— sin que una sepa de la existencia de la otra. Este tipo de comportamiento no siempre está asociado a perfiles extravagantes o fácilmente sospechosos; al contrario, muchas veces proviene de personas aparentemente normales, discretas y sencillas, lo que genera una gran sorpresa en quienes las rodean. El Dr. Carbonell subraya que su función como profesional no es juzgar, sino comprender y acompañar. No obstante, pone el foco en quienes sufren las consecuencias de estas dobles vidas: las víctimas, que pueden descubrir años después la existencia de otra familia, otros hijos, u otra vida completamente desconocida. A esas personas les recuerda que no tienen ninguna culpa de lo ocurrido y que la responsabilidad recae únicamente en quien eligió vivir con ocultamientos y engaños. En cuanto a las personas que llevan esa doble vida, muchas veces, cuando intentan justificar sus actos, reconocen que la situación se les fue de las manos. Afirman que no supieron cómo ponerle fin, ni a quién elegir, y que, finalmente, aprendieron a sostener ambas realidades simultáneamente, aunque ello implicara una gran carga emocional y, en muchos casos, daño colateral. En definitiva, el Dr. Carbonell confirma que sí, existen personas capaces de llevar una doble vida, pero lamentablemente, los que más sufren no son quienes la viven, sino quienes la descubren tarde y deben reconstruir su mundo emocional a partir de esa traición.
Por Instituto Carbonell 10 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.