El lado oscuro de la red. Anorexia y Bulimia

27 de febrero de 2015

Los datos son alarmantes, las páginas de internet que animan a adelgazar de una manera enfermiza crecen un 470%, superando incluso al gigante de Facebook.

La anorexia y la bulimia son trastornos psicológicos y de la alimentación, con una fuerte capacidad autodestructiva, que conducen a la muerte en 6 de cada 100 casos. Los casos en los que se consigue la recuperación, suelen dejar importantes e irreversibles secuelas físicas y psicológicas.

El aumento en diversidad y cantidad de medios de comunicación a través de la red, dificultan la batalla policial contra la difusión de la información que promueve la delgadez extrema. Miles de páginas web, foros de Facebook, Twitter, Tuenti y especialmente Whatsapp u otras herramientas de mensajería instantánea, son utilizadas para estos fines, lo que complica su detección por parte de la policía.

Los trucos y métodos para dejar de comer y provocar el vómito de la “mejor manera” son generadas principalmente por los propios enfermos, que en su mayoría son chicas (80%) y menores de edad.

Las redes sociales añaden gravedad a un problema ya existente,  que tiene su raíz en la importancia que la sociedad da a la imagen física, y que tiene una gran influencia en edades tempranas cuando la personalidad no está aún conformada.

La prevención de estos trastornos concienciando a padres, educadores y niños sobre el origen y desarrollo de esta enfermedad, y especialmente sobre sus riesgos y desenlaces,  es la mejor herramienta que podemos utilizar. No obstante cuando la prevención llaga tarde, no hay que perder la esperanza. Ponerse cuanto antes en manos de especialistas cualificados -psiquiatras, psicólogos y nutricionistas- es fundamental para combatir la enfermedad . Puede ser un proceso lento, gradual y difícil pero, como afirman muchos testimonios, con predisposición y la ayuda necesaria se puede conseguir.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.