El potencial de los disléxicos

29 de diciembre de 2015

Cada aula española cuenta con aproximadamente dos niños con dislexia o trastorno por de déficit de atención e hiperactividad. Más del 10% del total de alumnos sufren estos problemas de aprendizaje que les impiden desarrollar su verdadero potencial.

Carlos Gonzáles es el director del colegio Velazquez, un centro educativo especializado en alumnos con estas características y centrado en el desarrollo del potencial de los alumnos. El director asegura que la mayoría de las veces son niños con una inteligencia superior que han sido sometidos a un sistema educativo que sólo es apto para un tipo de inteligencia, la memorística.

En este colegio se utilizan clases muy pequeñas de un máximo de 15 alumnos, en las que se fomentan todas las vías de inteligencia y aumentan el amor propio. No admiten a niños con problemas de conducta, para evitar que los que tienen problemas de aprendizaje se les haga sentir apartados como ha ocurrido muchas veces en sus otros colegios.

La metodología se basa en éxamenes orales, pregunta a pregunta en vez de todas del tirón en una página, refuerzo psicológico, impartición de clases de manera muy práctica y pocos deberes para casa. Además de un trato personalizado y en continuo contacto con los familiares.

Ángel Terrón, de Edu-cat. explica que las tres claves principales en este proceso y que deben ir unidas son la psicología, la atención personalizada y la familia.  “Es una labor de equipo luchando contra un sistema que ha dejado de lado a este sector que suele ser más inteligente que la media”. ” La psicología es esencial en estos casos y estamos haciendo un gran trabajo”, añade.

El director del centro se lamenta de que  el sistema educativo no solo no ayuda sino que pone más trabas. “Antes por lo menos, en selectividad a estos chavales no se le contaban las faltas de ortografia, -para ellos es un mundo- ahora, ni eso. Y el tiempo que les dan de más, que son 15 minutos, se lo quitan del tiempo de descanso. Es absurdo”

 Para finalizar González explica  que la etapa universitaria o laboral es buenísima para ellos porque desarrollan toda su capacidad sin las trabas que se les había impuesto por los sistemas educativos.

Por Instituto Carbonell 14 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre la creciente tendencia de muchas personas a elegir conscientemente la soledad, no como una situación impuesta, sino como una forma de vida válida y satisfactoria. Señala que no es necesario haber tenido malas experiencias familiares o de pareja para valorar el hecho de estar solo. Muchas personas, incluso después de haber formado familias o mantenido relaciones estables, descubren que la vida en solitario les ofrece una libertad y una autonomía que no habían experimentado antes. El Dr. Carbonell destaca que la soledad no debe interpretarse como un síntoma de aislamiento patológico o de enfermedad, sino como una elección legítima. Cada vez más individuos encuentran placer en hacer cosas por su cuenta, como ir al cine, salir a cenar o disfrutar de su tiempo libre sin la necesidad constante de compañía. Esta capacidad para estar solo, lejos de ser una carencia, es en realidad un signo de madurez emocional y autoconocimiento. Aunque reconoce que las dinámicas familiares o de pareja pueden aportar momentos de gran valor en determinadas etapas de la vida, también insiste en que estas no son la única vía para lograr bienestar. Por el contrario, estar solo puede resultar igual de beneficioso, siempre que se trate de una decisión personal y consciente. En conclusión, el Dr. Carbonell aboga por normalizar la soledad como una forma más de estar bien, una opción tan válida y respetable como cualquier otra forma de vínculo o convivencia.
Por Instituto Carbonell 13 de junio de 2025
El Dr. Carbonell plantea una reflexión sobre el exceso de exigencia personal al que muchas personas se someten en su vida cotidiana. A través de su experiencia como médico y psiquiatra, comenta que con frecuencia atiende en consulta a individuos que intentan cumplir con estándares altísimos en todos los ámbitos: familiar, profesional, académico, emocional y de pareja. Estas personas persiguen una perfección que, en realidad, no existe, y en el proceso se olvidan de sí mismas y de su bienestar. El Dr. Carbonell advierte que vivir intentando cumplir con tantas responsabilidades y expectativas externas tiene un precio elevado, que termina afectando seriamente la calidad de vida. Cuando todo empieza a sentirse “demasiado”, es señal de que se ha cruzado un límite importante. Por eso, invita a hacer una pausa, a reevaluar prioridades y a adoptar una mirada más compasiva hacia uno mismo. En lugar de seguir empujando los propios límites hasta el agotamiento, propone poner el foco en el equilibrio personal y en la necesidad de recuperar el disfrute del día a día. Recomienda dejar de lado el perfeccionismo y aprender a decir que no, poniendo la salud mental y emocional por encima de las obligaciones impuestas o autoimpuestas. En conclusión, el Dr. Carbonell recuerda que no se debe jugar con la salud. Cuando la vida se vuelve abrumadora, es fundamental dar un paso atrás y priorizar el propio bienestar antes que las expectativas ajenas o la necesidad de cumplir con todo.
Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.