El síndrome de Menière puede causar depresión

27 de febrero de 2020

Cuando tenemos malestar físico porque estamos constipados u otra enfermedad común, nuestra rutina cambia, dejamos de hacer cosas. Esto puede afectar a nuestro estado anímico, ya que se ha producido un cambio en nuestro estilo de vida. Todo esto se acentúa más cuando la enfermedad es más grave. Un  ejemplo es la enfermedad de Ménière, un trastorno del oído interno.

“El síndrome de Menière es una enfermedad crónica que causa tres síntomas: vértigo, hipoacusia o sordera, y acúfenos. Éstos tienen un gran impacto en la calidad de vida de la persona, su día a día cambia” explica el Dr. Eduardo Martín Sanz, presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL-CCC, en el artículo “La mitad de pacientes con síndrome de Ménière sufre depresión” (Médicos y pacientes, 2020).

Además, el Dr. Martín comenta que a raíz del impacto de los síntomas, se puede generar un malestar anímico, incluso llevando a la depresión. Según los datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), la depresión afecta entre el 40 y el 60% de los pacientes con este trastorno. Otro motivo que haga incrementar la depresión puede ser que los científicos todavía no conocen la causa, por la incertidumbre que crea.

La SEORL-CCC recuerda la importancia de acudir al médico especialista en el caso de tener síntomas como vértigo, acúfenos e hipoacusia, para iniciar el tratamiento adecuado y así mejorar la calidad de vida.

Por lo tanto, si usted está pasando por esta situación o conoce a alguien, es importante acudir a profesionales de la salud, tanto a un especialista para tratar los síntomas del trastorno como a un profesional de la salud mental para tratar la depresión.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.