El tabaco puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades mentales
7 de noviembre de 2019
Según el Instituto Nacional del cáncer, fumar tabaco es la principal causa de muerte prematura en España. Provoca cerca de 480.000 muertes prematuras
cada año en los Estado Unidos. Es decir, fumar tiene efectos devastadores para la salud. ¿Y para la salud mental?.
Existen estudios que observan la relación entre fumar tabaco y el riesgo de desarrollar una enfermedad mental. Uno de ellos, es el realizado por el grupo de Investigación de Tabaco y Alcohol de la Universidad de Bristol (TARG). Esta investigación ha sido publicada en la revista ‘Psychological Medicine’.
Los datos utilizados pertenecen a 462.690 participantes. Este estudio obtuvo que fumar tabaco puede aumentar el riesgo de padecer depresión o esquizofrenia. Pero también se encontraron evidencias de que la depresión y la esquizofrenia
aumenta la probabilidad de consumir tabaco.
Este grupo de investigación publicó otro estudio en el ‘British Journal of Psychiatry’ sobre este tema. El resultado fue que fumar tabaco aumenta el riesgo de trastorno bipolar.
Estas conclusiones evidencian lo perjudicial que puede ser fumar, tanto para la salud mental como para la salud en general. Por lo tanto, es importante dejar este hábito para disminuir la probabilidad de desarrollar enfermedades, de cualquier tipo (cáncer, depresión, enfermedades cardiacas, …).
¿Y si no puedo dejar de fumar por mí mismo?
Si estás en esta situación o conoces a alguien, se debe acudir a profesionales de salud mental. Ellos te ayudarán con este proceso de cambio y disminuir la necesidad de consumir. Te proporcionarán estrategias de afrontamiento y cómo gestionar las emociones que se irán generando por no fumar.
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo. En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.

El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.

El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.


