Incidencia del estrés en los estudiantes
22 de abril de 2020
Los jóvenes cuando están estudiando, ya sea en el instituto o en la universidad, están sometidos a un tipo de estrés, conocido como “estrés académico”, que se produce tanto por las exigencias del profesorado (por ejemplo, muchos deberes) como por las que se pone uno mismo (por ejemplo, tener la mejor nota en todo).
Esta tensión prolongada provocada por los estudios se manifiesta de tres formas, según explica Mencía Ruiz, directora del Servicio de Atención Psicológica de la Universidad Loyola. A nivel fisiológico, problemas para dormir que afectan al funcionamiento académico. A nivel cognitivo, la aparición de pensamientos negativos como “voy a suspender, voy a fracasar”, que influyen en la autoestima. Y a nivel conductual, tendencia a la evitación ante determinadas situaciones.
Por lo tanto, es importante saber cómo manejarlo. A niveles moderados puede tener un efecto beneficioso en el rendimiento académico, ya que nos facilita una predisposición a activarnos para afrontar los objetivos, como los exámenes. Pero cuando llega a niveles altos y no se maneja de la forma adecuada, puede derivar en ansiedad y depresión.
Un estudio realizado por el centro Nascia junto con la Universidad de Almería, obtuvo que el 35% de los estudiantes sufre de ansiedad ante las pruebas académicas y el 60% sufre algún episodio de estrés o ansiedad a lo largo del curso. Es decir, es un problema común en esta generación.
En opinión del Dr. Carbonell, no podemos ignorar los altos niveles de estrés que padecen los estudiantes, especialmente en épocas de exámenes, y que ésto puede llevar a desarrollar patologías de mayor gravedad como la depresión y la ansiedad.

El Dr. José Carbonell aborda la difícil experiencia de sentir que hace tiempo no se siente nada en una relación, incluso cuando esta parece ideal. Explica que a veces la falta de sentimientos puede deberse a la acumulación de estrés y responsabilidades personales, más que a problemas directos con la pareja. Por eso, recomienda primero cuidar de uno mismo, quizá con ayuda terapéutica, para mejorar el bienestar personal. Además, subraya la importancia de la comunicación honesta con la pareja, buscando juntos reavivar la relación si es posible. Sin embargo, si tras esfuerzos personales y de pareja el sentimiento no vuelve, Carbonell sugiere que, por respeto a la salud mental de ambos, podría ser necesario considerar terminar la relación de manera respetuosa.

El Dr. José Carbonell destaca la importancia de mantener un equilibrio entre el amor propio y el amor de pareja. Señala que ambos deben ir de la mano, pues es fundamental quererse a uno mismo para que cualquier relación sume a nivel personal e individual. Advierte que no se debe permitir que el amor de pareja funcione a costa del amor propio, ni que uno se apoye exclusivamente en la pareja para sentirse mejor consigo mismo. La clave está en que las prioridades sean compartidas y combinadas, logrando un equilibrio saludable entre el amor hacia uno mismo y hacia la pareja.

El Dr. José Carbonell habla sobre el miedo y la ansiedad que muchas personas sienten al iniciar nuevas relaciones, especialmente cuando han tenido experiencias previas dolorosas o frustrantes. Reconoce que es natural temer que una relación vuelva a salir mal o que repitamos errores pasados, pero enfatiza que no se puede generalizar: no todas las personas ni las relaciones son iguales, y cada una es una oportunidad distinta con diferentes aprendizajes. Carbonell aconseja no permitir que ese miedo bloquee la posibilidad de amar o conectar con alguien nuevo. Diferencia entre un miedo racional y un miedo que limita la vida normal, y recomienda buscar ayuda profesional cuando el miedo se vuelve paralizante para poder cerrar capítulos pasados y abrirse a nuevas experiencias emocionales.