¿Influyen los sueños en el descanso?

29 de enero de 2018

En un artículo publicado en la sección Buena Vida del País, varios profesionales del sueño nos explican las principales dudas que solemos preguntarnos sobre este fenómeno mental.

Muchas personas sienten que tras una noche de sueños intensos, no han tenido un buen descanso. ¿Influyen los sueños en el descanso?

“Sí”, responde el doctor Eduard Estivill, de la Clínica del Sueño Estivill, “porque para recordar un sueño hay que despertarse. Si no nos despertamos no recordamos lo que hemos soñado. Por lo tanto, las personas que dicen no recordar nunca los sueños duermen bien. Es decir, no tienen despertares durante la noche. En cambio, los que recuerdan detalles de los sueños es porque han padecido múltiples microdespertares”. El doctor Diego García Borreguero, del Instituto del Sueño, puntualiza: “La relación no es causal: no es que las personas que sueñan mucho se despierten más, sino más bien que las personas que tienen sueño inestable tienden a ser más conscientes de su actividad mental”.

La intensidad se los sueños (que sean tan lúcidos que provoquen movimientos bruscos) o su contenido (evocar pesadillas de forma recurrente) es motivo de consulta médica, como subraya el doctor Àlex Ferre, especialista en trastornos del sueño, “pues aunque a menudo son síntomas carentes de importancia, pueden ocultar alguna patología”. El hecho de soñar, según continúa, es más positivo que negativo, “ya que indica que estamos en fase REM y el cerebro se está reorganizando, generando nuevas conexiones neuronales”. El problema (tan solo) es recordarlo.

¿Y debo preocuparme por el contenido de mis sueños y su significado? Los especialistas niegan que estas imágenes tengan ninguna interpretación válida posible. “Desde el punto de vista científico, carecen de sentido real o premonitorio”. Aunque desde el campo de la pseudociencia exista una afición por analizarlos.

Otro mito es el de equiparar el acto de dormir con el reposo. “Descansamos cuando hacemos todas las fases del sueño, especialmente, la del profundo. En cambio, si solo dormimos en fase superficial, mantendremos la sensación de agotamiento. Por tanto, no es igual dormir que descansar. La causa principal de mal descanso, es decir, de tener un sueño superficial, es el acúmulo de tensión y preocupaciones durante el día” , explica Estivill.

Con respecto a su función o utilidad, no existe consenso científico debido a la dificultad para estudiarlos de forma experimental y reproducible. “Es más, una amplia porción de los expertos considera que los sueños no tienen una función como tal, sino que son meros fenómenos de un proceso de activación cerebral que tiene lugar de manera periódica a lo largo de la noche. Durante estos episodios de activación se producen procesos de reorganización de la memoria, y esto se ve reflejado en un incremento de la ideación mental que nosotros percibimos como sueños”, concluye García Borreguero.

En opinión de Dr. Carbonell, en este artículo nos explica que no debemos preocuparnos tanto por el contenido de los sueños sino por la calidad el mismo. Y prestar atención a que la falta de sueño de calidad puede ser consecuencia de un problema de estrés o depresión y por consiguiente no debemos ignorarlo y pedir ayuda a un especialista en salud mental.

Por Instituto Carbonell 27 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell desmonta un mito muy común: la creencia de que solo se debe acudir al psiquiatra o al psicólogo cuando uno está en una situación crítica o "muy mal". Desde su experiencia médica y psiquiátrica, insiste en que es un error esperar a tocar fondo para buscar ayuda profesional. La terapia no está reservada únicamente para casos graves; al contrario, puede ser una herramienta valiosa para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Explica que los profesionales de la salud mental pueden ayudar en temas tan diversos como el insomnio, la alimentación, la ansiedad, los cambios de humor, o la gestión emocional dentro del entorno laboral o familiar. También se trabaja en mejorar la calidad de las relaciones personales, ya sea con padres, pareja o colegas, y en aprender a estructurar mejor el día a día para vivir con más equilibrio y bienestar.  El Dr. Carbonell resalta que acudir a terapia en las etapas iniciales del malestar —antes de que los problemas se agraven— es mucho más efectivo. La intervención temprana facilita un abordaje más preventivo y menos traumático, y permite construir herramientas emocionales para enfrentar la vida con mayor solidez. Por ello, anima a dejar atrás prejuicios y a considerar la terapia como una forma natural y positiva de autocuidado.
Por Instituto Carbonell 26 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell ofrece pautas sencillas pero muy eficaces para gestionar el estrés cotidiano, partiendo de una idea central: la organización es clave. En primer lugar, recomienda planificar el día siguiente con antelación, identificando de forma clara no solo las tareas y obligaciones, sino también los momentos destinados específicamente al descanso. Este equilibrio es esencial, ya que el estrés no solo proviene del exceso de trabajo, sino también de la falta de pausas bien estructuradas. Explica que la atención y la concentración humanas tienen un límite natural, por lo que sugiere trabajar en bloques de aproximadamente 45 minutos, seguidos de descansos breves de unos 15 minutos. Además, destaca la importancia de incorporar pausas más largas a lo largo del día: una por la mañana, otra al mediodía y otra en la tarde o noche.  El Dr. Carbonell subraya un punto esencial: la verdadera productividad no depende únicamente del número de horas trabajadas, sino de la calidad del descanso que se intercala entre las tareas. Por ello, invita a estructurar los días de manera consciente, dándole el mismo valor al tiempo productivo que al tiempo de recuperación mental y física. Esta estrategia, afirma, es una de las formas más efectivas de prevenir y manejar el estrés de forma saludable.
Por Instituto Carbonell 25 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell lanza un mensaje claro y directo: "No pienses tanto, no le des vueltas a las cosas". Desde su experiencia como médico y psiquiatra, comparte que muchas personas llegan a su consulta atrapadas en un patrón de pensamiento excesivo y rumiativo, donde dudan constantemente de sí mismas, cuestionan si lo que piensan está bien o mal, o viven pendientes de lo que los demás puedan estar opinando sobre ellas. Explica que esta sobrecarga mental puede convertirse en una especie de bola creciente, difícil de detener, y que acaba afectando seriamente la estabilidad emocional. Muchas veces, añade, quienes sufren este tipo de pensamiento repetitivo ni siquiera reconocen que necesitan ayuda, y acaban atrapados en un ciclo que los lleva, una y otra vez, al mismo punto de partida: ansiedad, estrés, incertidumbre y malestar emocional. El Dr. Carbonell insiste en que es fundamental aprender a manejar el estrés, la ansiedad y, sobre todo, los propios pensamientos. Si uno puede establecer límites mentales y aplicar pautas de autorregulación por su cuenta, eso es positivo. Pero si este pensamiento excesivo —o overthinking— comienza a interferir con la vida diaria, impidiendo el descanso, la concentración o el bienestar general, es necesario acudir a un profesional.  Buscar ayuda no es señal de debilidad, sino una manera responsable y valiente de recuperar el equilibrio mental y aprender herramientas eficaces para gestionar lo que ocurre en la mente.