La adicción a los juegos de azar

7 de enero de 2020

La adicción al juego es una enfermedad que afecta a nivel psicológico, laboral, familiar, social y económico. La persona que la sufre no es capaz de controlar su deseo de jugar y le es imposible decir “NO”. El juego activa los mismos circuitos cerebrales de recompensa que las drogas y también produce síndrome de abstinencia. Esta adicción afecta a muchas personas, y de cada vez son más jóvenes los que la sufren.

Aunque los juegos de azar y las apuestas están prohibidos para los menores de edad, en la práctica hay adolescentes que acceden a los locales de juego y/o se descargan aplicaciones para jugar. Esta situación debería escandalizar a la sociedad, al igual que si vemos a un menor conduciendo un coche.

Mariano Chóliz, psicólogo experto y director del posgrado sobre adicción al juego de la Universidad de Valencia, realizó un estudio sobre cómo afecta esta adicción en los menores de entre 15 y 18 años. La mitad de los participantes reconocieron haber apostado dinero alguna vez en su vida, y el 12% lo hacía de manera regular. También explica que “el juego de azar es adictivo en sí mismo, no hay una forma sana de jugar porque siempre tiene efectos devastadores”. La Organización de consumidores y usuarios presenta datos que muestran que los jóvenes son especialmente vulnerables a la adicción al juego.

Un factor que influye en este problema es la accesibilidad al juego. Cuanto más fácil es acceder, mayor riesgo de desarrollar una adicción. Otro factor es la constante publicidad de salones de juego y páginas web, que podemos encontrar tanto en anuncios de televisión como en partidos de fútbol. Por lo tanto, si combinamos la juventud con la tentación de la publicidad y la posibilidad de jugar al alcance de su mano, el resultado es una alta probabilidad de ludopatía.

¿Cuándo saber si existe una adicción? Tanto si eres menor como adulto, estaríamos ante un caso de adicción al juego: si el jugador apuesta cada vez más dinero, si le produce irritabilidad el hecho de no jugar, si su mente está ocupada con las apuestas o pensando cómo conseguir dinero, si pide dinero para jugar a otras personas, si apostar le disminuye la ansiedad, si después de perder dinero piensa que lo recuperara, si miente para ocultar su dedicación al juego, si ha perdido algún trabajo, carrera o relación por el juego, …

¿Y qué hacer para superarla? El primer paso es pedir ayuda a profesionales de la salud mental para poder empezar un tratamiento psicológico como farmacológico. Es importante tener predisposición a solucionar el problema y dejarte asesorar por los expertos. Si eres menor de edad, tienes que comunicárselo a tus padres o tutores para que ellos te apoyen en este proceso.

Por parte de las instituciones, se debería implantar medidas de prevención a esta adicción, como quitar la publicidad de salas o aplicaciones de juego, poner sanciones a aquellos negocios que dejen entrar a menores, realizar una psicoeducación en los colegios acerca de las adicciones, entre otras… Como dicen los expertos se necesita una regulación porque esta adicción es la nueva gran epidemia del siglo XXI y es un problema que no solo afecta a la persona que la sufre sino también a su entorno.

En opinión del Dr. Carbonell, la adicción al juego ha sido muy bien tratada en este artículo donde lo reconoce como un grave problema en la actualidad y un grave peligro para el futuro. Normalmente suelen ser los familiares quienes piden ayuda y toda intervención es poca para afrontar este tipo de problema.

Por Instituto Carbonell 14 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre la creciente tendencia de muchas personas a elegir conscientemente la soledad, no como una situación impuesta, sino como una forma de vida válida y satisfactoria. Señala que no es necesario haber tenido malas experiencias familiares o de pareja para valorar el hecho de estar solo. Muchas personas, incluso después de haber formado familias o mantenido relaciones estables, descubren que la vida en solitario les ofrece una libertad y una autonomía que no habían experimentado antes. El Dr. Carbonell destaca que la soledad no debe interpretarse como un síntoma de aislamiento patológico o de enfermedad, sino como una elección legítima. Cada vez más individuos encuentran placer en hacer cosas por su cuenta, como ir al cine, salir a cenar o disfrutar de su tiempo libre sin la necesidad constante de compañía. Esta capacidad para estar solo, lejos de ser una carencia, es en realidad un signo de madurez emocional y autoconocimiento. Aunque reconoce que las dinámicas familiares o de pareja pueden aportar momentos de gran valor en determinadas etapas de la vida, también insiste en que estas no son la única vía para lograr bienestar. Por el contrario, estar solo puede resultar igual de beneficioso, siempre que se trate de una decisión personal y consciente. En conclusión, el Dr. Carbonell aboga por normalizar la soledad como una forma más de estar bien, una opción tan válida y respetable como cualquier otra forma de vínculo o convivencia.
Por Instituto Carbonell 13 de junio de 2025
El Dr. Carbonell plantea una reflexión sobre el exceso de exigencia personal al que muchas personas se someten en su vida cotidiana. A través de su experiencia como médico y psiquiatra, comenta que con frecuencia atiende en consulta a individuos que intentan cumplir con estándares altísimos en todos los ámbitos: familiar, profesional, académico, emocional y de pareja. Estas personas persiguen una perfección que, en realidad, no existe, y en el proceso se olvidan de sí mismas y de su bienestar. El Dr. Carbonell advierte que vivir intentando cumplir con tantas responsabilidades y expectativas externas tiene un precio elevado, que termina afectando seriamente la calidad de vida. Cuando todo empieza a sentirse “demasiado”, es señal de que se ha cruzado un límite importante. Por eso, invita a hacer una pausa, a reevaluar prioridades y a adoptar una mirada más compasiva hacia uno mismo. En lugar de seguir empujando los propios límites hasta el agotamiento, propone poner el foco en el equilibrio personal y en la necesidad de recuperar el disfrute del día a día. Recomienda dejar de lado el perfeccionismo y aprender a decir que no, poniendo la salud mental y emocional por encima de las obligaciones impuestas o autoimpuestas. En conclusión, el Dr. Carbonell recuerda que no se debe jugar con la salud. Cuando la vida se vuelve abrumadora, es fundamental dar un paso atrás y priorizar el propio bienestar antes que las expectativas ajenas o la necesidad de cumplir con todo.
Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.