La difícil tarea de detectar la depresión y ansiedad en niños

28 de febrero de 2019

Durante mucho tiempo hubo una tendencia a pensar que los niños no sufrían ningún trastorno de la salud mental, como ansiedad y depresión, pues popularmente se creía que no tenían suficientes problemas o motivos como para poder desarrollarlos. Por suerte ya hace años que se llevan a cabo estudios que desmienten estas creencias, permitiéndonos así detectar y tratar de forma efectiva estos trastornos. De hecho, los estudios más recientes, indican que un 2’1% de los niños sufren depresión y un 19’6% sufren ansiedad.

El motivo por el cual estos trastornos han pasado tan inadvertidos, es que estos se engloban en la categoría de trastornos internalizados. En la psicología infantil se distinguen 2 tipos de trastornos: los internalizados y los externalizados. La diferencia principal entre ellos, es que los primeros suponen un daño emocional hacia el propio niño y los segundos son un daño que el niño produce hacia el entorno o hacia los demás. El problema de los trastornos internalizados es que como su nombre indica, son mucho más difíciles de detectar, ya que se dan de forma interna, en forma de pensamientos y sentimientos.

Al no poder conocer los sentimientos o pensamientos a no ser que el niño nos lo explique, es más difícil saber como se encuentran, ya que tiene que querer expresarse y además tiene que hacerlo muy bien como para que podamos detectar un trastorno emocional.

Debido a esta dificultad para detectarlos tanto por parte de los padres o profesores, como por psicólogos que sólo han estado con el niño unas pocas sesiones, al igual que por los test tradicionales, Ellen W. McGinnis y sus colaboradores de la Universidad de Vermont decidieron crear un nuevo procedimiento capaz de detectar dichos trastornos de forma rápida y eficaz.

Este nuevo test, se basaba en la idea de que hay gestos, movimientos o frases que se repiten en niños con ansiedad o depresión. Por ello, el test únicamente consistía en poner a los niños delante de situaciones que producían nervios o tristeza y después observar como reaccionaban. Una formula tan sencilla, resultó ser más efectiva que cualquier otro test, obteniendo un 80% de eficacia.

En opinión del Dr. Carbonell debemos concienciar a la población de que los niños también sufren ansiedad y depresión. El avance de las investigaciones va a facilitar la detección temprana de trastornos de la salud mental. Estos progresos son de especial importancia en casos en los que el diagnóstico es mas complicado, como es el caso de niños que pueden no reconocer sus emociones o expresarlas adecuadamente.

 

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.