Pon un perro en tu vida y vivirás más y mejor

5 de marzo de 2019

Un artículo publicado en diciembre de 2017 en The Guardian por Luisa Dillner describe que tener un perro se ha relacionado con menos probabilidades de tener problemas cardiovasculares .

El artículo basado en un estudio sueco realizado durante 12 años en más de 3 millones de personas de entre 40 y 80 años. La investigación demostró que las personas que tienen perros responden mejor al estrés, su tensión arterial y pulso cardíaco no aumentan, tienen menores niveles de colesterol y hacen más actividad física . En relación a la mortalidad, demuestra que tener un perro se asocia con un 23% menos de probabilidad de morir por enfermedades del corazón . De hecho, el estudio demuestra una reducción global del 20% de la mortalidad por cualquier enfermedad.

Tove Fall, autor del estudio, remarca que el mayor impacto positivo se centra en personas que viven solas. “Los perros nos ayudan a caminar más, nos hacen compañía y dan más sentido a nuestra vida. Si tienes un perro, interactúas con otras personas”.

Previamente en 2013 la Asociación Americana del Corazón, a través de varios estudios, expresó que tener un perro probablemente se asociaba con menores riesgos de padecer problemas cardiovasculares, aunque remarcando que eso no era necesariamente el motivo de la mejoría, es decir, que otros factores podían estar implicados. Por ejemplo, que las personas más sanas sean las que se vean más capacitadas para cuidar de un perro; animal que necesita actividad y cuidado diario. También otros estudios ya habían relacionado tener un perro con menores sentimientos de soledad y depresión, y en consecuencia menor probabilidad de padecer enfermedades del corazón y muertes más tempranas.

En opinión del Dr. Carbonell, este estudio es muy significativo porque viene a confirmar el efecto terapéutico, a todos los niveles, de tener un perro. Muy posiblemente desde una perspectiva emocional, el tener una mascota siempre tiene un efecto positivo y terapéutico. Una vez más, aquellos hábitos saludables demuestran ser los que nos permite tener una mejor calidad de vida . Y en este estudio queda demostrado que reduce la mortalidad.

Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.
Por Instituto Carbonell 11 de junio de 2025
El Dr. Carbonell aborda el fenómeno de la doble vida, un comportamiento que, aunque sorprendente, ha observado en numerosas ocasiones a lo largo de su experiencia clínica. Explica que existen personas que son capaces de mantener dos vidas paralelas —en ocasiones, incluso dos familias distintas— sin que una sepa de la existencia de la otra. Este tipo de comportamiento no siempre está asociado a perfiles extravagantes o fácilmente sospechosos; al contrario, muchas veces proviene de personas aparentemente normales, discretas y sencillas, lo que genera una gran sorpresa en quienes las rodean. El Dr. Carbonell subraya que su función como profesional no es juzgar, sino comprender y acompañar. No obstante, pone el foco en quienes sufren las consecuencias de estas dobles vidas: las víctimas, que pueden descubrir años después la existencia de otra familia, otros hijos, u otra vida completamente desconocida. A esas personas les recuerda que no tienen ninguna culpa de lo ocurrido y que la responsabilidad recae únicamente en quien eligió vivir con ocultamientos y engaños. En cuanto a las personas que llevan esa doble vida, muchas veces, cuando intentan justificar sus actos, reconocen que la situación se les fue de las manos. Afirman que no supieron cómo ponerle fin, ni a quién elegir, y que, finalmente, aprendieron a sostener ambas realidades simultáneamente, aunque ello implicara una gran carga emocional y, en muchos casos, daño colateral. En definitiva, el Dr. Carbonell confirma que sí, existen personas capaces de llevar una doble vida, pero lamentablemente, los que más sufren no son quienes la viven, sino quienes la descubren tarde y deben reconstruir su mundo emocional a partir de esa traición.
Por Instituto Carbonell 10 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.