Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental de la OMS (Organización Mundial de la Salud) explicó en una rueda de prensa que la situación actual de aislamiento, miedo, incertidumbre y la crisis económica va a tener consecuencias en la salud mental de la población. También insiste de la importancia de la atención psiquiátrica y psicológica.
Este departamento considera que aumentarán los casos de trastornos y suicidios. Han observado que el grupo de mayor riesgo son el personal sanitario que haya trabajado en primera línea, ya que en un estudio se ha obtenido que un 47% de los trabajadores sanitarios necesitó apoyo psicológico y que un 50% sufre de depresión, un 45% ansiedad y un 34% insomnio.
Los datos presentan un incremento de los casos de angustia, por ejemplo un 35% en China, un 60% en Irán o un 40% en Estados Unidos, tres de los países más afectados por la pandemia.
Aunque el COVID-19 tenga otros síntomas más significativos, como los respiratorios, su impacto en la salud mental es importante y podría tener graves consecuencias si no se pone remedio de forma correcta, es decir, buscando ayuda de profesionales de la salud mental para aliviar, acompañar y dar apoyo en estos momentos complicados.
En opinión del Dr. Carbonell,
ahora más que nunca se debería realizar un seguimiento preventivo de aquellas personas de mayor riesgo e iniciar tratamiento en aquellos que lo precisen.