Los inconvenientes de vivir “conectados”

5 de octubre de 2015

Los smartphones se han convertido en elementos indispensables para nuestro día a día ya que no concebimos una comunicación eficaz sin ellos, además de facilitarnos diversas tareas como hacer función de despertador, consultar dudas por internet y un largo etcétera.

Sin embargo, no todo son ventajas, pues precisamente su uso continuo puede provocarnos diferentes efectos negativos que conviene tener en cuenta y que se recogen a continuación:

  1. Estrés : Según un estudio realizado en la Universidad de Gotemburgo en Suecia, el uso elevado del móvil está asociado con estrés, trastornos del sueño y alteraciones del estado de ánimo.
  2. Problemas con el sueño : La luz que desprende la pantalla de nuestro Smartphone puede llegar a alterar la producción de melatonina, la hormona que regula nuestro sueño y que se produce en mayor cantidad en ausencia de luz. Por otra parte, como es obvio, los sonidos, vibraciones y luces emitidas también pueden alterar la calidad de nuestro sueño.
  3. Daños en la memoria : El hecho de poder consultar cualquier cosa que no recordemos cómoda y rápidamente por internet, inevitablemente implica que ejercitemos menos la memoria, ya que nos hace menos falta. Por otra parte, agendas, calculadoras y demás aplicaciones eliminan la necesidad de hacer determinados esfuerzos intelectuales, lo que puede resentir de algún modo dichas capacidades.
  4. Dependencia : El término nomophobia, procede de la expresión inglesa “ no-movil-phone-phobia” y se refiere al malestar que algunas personas sienten cuando se separan de su móvil. Entre los principales síntomas se encuentran, malestar general, hipervigilancia, ansiedad, temor a estar desconectado, inestabilidad y dificultad de concentración.
  5. Problemas de visión : La luz que desprende la pantalla puede llegar a ser a perjudicial para la vista según un estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid.
  6. Aislamiento o deterioro de las relaciones familiares y sociales : El hecho de estar constantemente atendiendo a las diferentes distracciones que nos ofrece el smartphone implica en muchas ocasiones desatender a las personas de nuestro entorno y a las conversaciones cara a cara.

Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.
Por Instituto Carbonell 11 de junio de 2025
El Dr. Carbonell aborda el fenómeno de la doble vida, un comportamiento que, aunque sorprendente, ha observado en numerosas ocasiones a lo largo de su experiencia clínica. Explica que existen personas que son capaces de mantener dos vidas paralelas —en ocasiones, incluso dos familias distintas— sin que una sepa de la existencia de la otra. Este tipo de comportamiento no siempre está asociado a perfiles extravagantes o fácilmente sospechosos; al contrario, muchas veces proviene de personas aparentemente normales, discretas y sencillas, lo que genera una gran sorpresa en quienes las rodean. El Dr. Carbonell subraya que su función como profesional no es juzgar, sino comprender y acompañar. No obstante, pone el foco en quienes sufren las consecuencias de estas dobles vidas: las víctimas, que pueden descubrir años después la existencia de otra familia, otros hijos, u otra vida completamente desconocida. A esas personas les recuerda que no tienen ninguna culpa de lo ocurrido y que la responsabilidad recae únicamente en quien eligió vivir con ocultamientos y engaños. En cuanto a las personas que llevan esa doble vida, muchas veces, cuando intentan justificar sus actos, reconocen que la situación se les fue de las manos. Afirman que no supieron cómo ponerle fin, ni a quién elegir, y que, finalmente, aprendieron a sostener ambas realidades simultáneamente, aunque ello implicara una gran carga emocional y, en muchos casos, daño colateral. En definitiva, el Dr. Carbonell confirma que sí, existen personas capaces de llevar una doble vida, pero lamentablemente, los que más sufren no son quienes la viven, sino quienes la descubren tarde y deben reconstruir su mundo emocional a partir de esa traición.
Por Instituto Carbonell 10 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.