“Marihuana”. Natural sí, pero perjudicial

24 de mayo de 2016

Los científicos del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos han vuelto a alertar sobre los riesgos que el cannabis provoca en la salud mental y capacidades cognitivas de los adolescentes. La investigación ‘Effects of Cannabis Use on Human Behavior’, publicada en la revista médica JAMA Psychiatry, señala una alteración neuropsicológica que se agrava cuanto más temprana es la edad a la que se inicia el consumo.

Los adolescentes y los no tan adolescentes, suelen creer que por tratarse de una sustancia que sale de una planta, se trata de algo natural, y por lo tanto inocuo, o por lo menos mejor que el tabaco.  Sin embargo, la sociedad científica para el estudio del alcohol y drogas alerta de que el consumo de marihuana se ha banalizado sin tener en cuenta sus consecuencias como las alteraciones cognitivas, y desarrollo de trastornos psicológicos y psiquiátricos incluyendo el riesgo de suicidio.

Según los expertos, el sistema nervioso central en los adolescentes es más vulnerable a sufrir alteraciones en su estructura y conexiones neuronales por la introducción de sustancias exógenas como el cannabis. Estas alteraciones se traducen en pérdidas de concentración y de memoria que afectan al aprendizaje, deterioro cognitivo asociado al fracaso escolar, falta de reflejos y alteración de la capacidad motora o el “síndrome amotivacional” que implica apatía y desinterés por los estudios y el entorno. Además, la alta concentración de tetrahidrocannabinol (THC) de la marihuana incrementa el riesgo de sufrir en un futuro brotes psicóticos y -en casos de predisposición genética- esquizofrenia. Ante un consumo abusivo pueden presentarse síntomas como despersonalización, ansiedad, trastornos de identidad e ideas paranoides.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.