Mentirosos patológicos, aprende a detectarlos

13 de marzo de 2015

Todos la hemos utilizado en alguna ocasión, y es que la mentira, nos puede ayudar a salir del paso, a justificar alguna falta e incluso a no dañar a otra persona. Con lo cual, podríamos decir que  entra dentro de la “normalidad”  utilizar la mentira con una intención externa y de una manera excepcional o poco frecuente. En el caso del mentiroso patológico, tanto la frecuencia como la finalidad difieren del resto de “mentiras no patológicas”.  En estos casos se miente más, respecto a cualquier ámbito y debido a una cuestión interna que responde a la necesidad de construir otra identidad. Además pueden llegar a un punto en el que se creen sus propias mentiras.

Se cree que se origina en la niñez, a raíz de la vivencia de situaciones en las que mentir tenía un valor protector o incentivador. Es decir, la inventiva del niño o niña,  era premiada con atención o admiración, aumentando su sensación de seguridad a través de hacer sus historias más llamativas, o bien se evitaba sufrir una reprimenda.  La repetición de este patrón, junto a otros factores,  podría derivar en este trastorno de la mentira.

Inconsistencia e incongruencias en sus historias

Detectar a un mentiroso patológico a veces puede ser complicado ya que las mentiras suelen contener una parte de realidad que en caso de ser demostrado puede despistar. Sin embargo, a menos que posean una memoria prodigiosa,  caerán en incongruencias, ya que es mucho más fácil acordarse de lo que nos ha sucedido que de lo que nos vamos inventando.  La clave entonces está en la inconsistencia de sus historias. Preguntar varias veces en momentos diferentes fijándose  en como cambian los detalles contextuales, es una buena forma de darse cuenta que hay gato encerrado. También pueden modificar su discurso o cambiarlo completamente en función de la persona a la que se dirijan, amoldándose a su personalidad.

Inestabilidad en sus vidas

Tener una vida inestable  en  diferentes ámbitos, también puede darnos una pista.  Suelen cambiar  con relativa frecuencia de trabajo  ya que no es raro que afirmen poseer más capacidades de las que tienen y que queden en evidencia al tener que demostrarlas.

Algo parecido ocurre en el plano personal. En un principio logran captar la atención e incluso admiración de su entorno, sin embargo, al ir descubriéndose la realidad,  es fácil que se  rompan muchos  vínculos sociales y de pareja.

Reacción al ser desenmascarados

Al ser descubiertos pueden defenderse, generando más mentiras o pueden ponerse a la defensiva en vez de arrepentirse.

En resumen, hay que buscar inconsistencias e incongruencias en sus historias, fijarse en si su vida esta llena de continuos cambios e identificar si cuando se le confronta tiene una reacción desproporcionada. Aunque en ningún caso se debe reforzar  este comportamiento ni dejarse embaucar, no  hay que olvidar que se trata de un trastorno psicológico y que como cualquier otro, necesita la ayuda pertinente para poner solución.

María Cantarellas Pascual. Psicóloga Col. B-2235

Dr. Carbonell, psiquiatra.

Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.
Por Instituto Carbonell 11 de diciembre de 2025
Desde InstitutoCarbonell , te recordamos los horarios que tendremos durante los días festivos. ¡Felices fiestas!
Por Instituto Carbonell 10 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que los altibajos forman parte natural de cualquier relación y que no existen parejas que vivan en un estado idílico permanente. Señala que, así como las personas tienen días buenos y malos, también las parejas atraviesan momentos de gran complicidad y otros de desconexión, ya sea por estrés, cansancio, desacuerdos o situaciones personales. Subraya que una relación sana no se basa en la perfección, sino en el trabajo diario: comunicación constante, comprensión de las necesidades del otro, mostrar amor y cariño, y estar atentos a evitar actitudes que puedan generar sentimiento de rechazo. Añade que la presión social por aparentar relaciones ideales —siempre felices, siempre en viajes, siempre perfectas— es irreal y perjudicial. El Dr. José Carbonell concluye que estas fluctuaciones no son fallos de la relación, sino parte de su esencia. El amor, el respeto y el apoyo mutuo se construyen día a día, especialmente en los momentos difíciles.