Sácale de tu mente y de tu corazón
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona sobre el profundo y doloroso proceso de sacar a alguien de tu mente y de tu corazón después de una relación significativa. Reconoce lo difícil que es dejar atrás a una persona que ha jugado un papel importante en tu vida, sobre todo si se trató de una relación de largo plazo.
Carbonell utiliza una metáfora potente para explicar este proceso emocional: nos compara con una naranja, en la que cada “gajo” representa a alguien significativo en nuestra vida —una pareja, un padre, un amigo, un hijo. Cuando queremos que uno de esos gajos, en este caso una ex pareja, deje de formar parte de nuestra estructura interna, no se trata solo de borrar recuerdos o eliminar fotos: se trata de renunciar a una parte de nosotros mismos.
Este “gajo emocional” ha estado muy presente, ha influido en nuestras emociones, rutinas, incluso en nuestra identidad. Por eso, cuando se intenta sacarlo, no solo se pierde a la persona, también se experimenta una pérdida interna, como si algo en nosotros mismos muriera. Este es el dolor del duelo sentimental: no es solo extrañar al otro, sino despedirse de una parte de uno mismo que existía en función de esa persona.
Desde una perspectiva clínica, Carbonell recomienda la técnica de extinción de conducta: cortar todo estímulo que alimente ese recuerdo emocional. Esto incluye eliminar fotos, dejar de revisar conversaciones, evitar tener a esa persona en redes sociales o en el móvil, e incluso dejar de frecuentar espacios que despierten recuerdos intensos. Se trata de reducir poco a poco el "input emocional" que sigue dándole fuerza a ese gajo.
Sin embargo, también reconoce que este proceso es doloroso y lleva tiempo, porque no solo se está “olvidando”, sino reconfigurando el propio mundo interno. Y ahí es donde propone una vía de sanación: fortalecer los otros gajos —las demás áreas de tu vida, relaciones sanas, hobbies, proyectos personales— y cultivar nuevas partes de ti que quizás estaban dormidas o abandonadas.
En conclusión, sacar a alguien del corazón no es solo una decisión racional, sino un proceso emocional profundo y necesario, que implica aceptar el dolor de soltar, pero también el compromiso de reconstruirse desde adentro, con más conciencia, con más fuerza, y con nuevos vínculos que te ayuden a recuperar tu equilibrio emocional.

