Segundas intenciones

31 de mayo de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda un tema muy presente en las relaciones humanas: las segundas intenciones. ¿Por qué hace alguien algo por nosotros? ¿Hay siempre un interés oculto detrás de cada gesto amable? Su reflexión nos invita a ver el tema con madurez y equilibrio.


Desde el punto de vista psicológico, todas nuestras acciones están motivadas por algo. Incluso los gestos altruistas, solidarios o generosos suelen estar acompañados de un beneficio interno: sentirnos bien, conectar con alguien, generar vínculos, ser valorados, obtener reconocimiento o simplemente vivir en coherencia con nuestros valores. Según el Dr. Carbonell, este "beneficio secundario" no convierte a la acción en falsa o interesada, sino que forma parte de la complejidad del comportamiento humano.


Sin embargo, no podemos pasar al extremo de pensar que todo el mundo actúa siempre con fines egoístas o manipuladores. La vida en sociedad exige colaboración, empatía y reciprocidad. Asumir que todo gesto amable esconde una intención oscura genera desconfianza, paranoia o aislamiento emocional, lo cual puede ser más dañino que una decepción puntual.


Por otro lado, tampoco conviene ser ingenuos. Algunas personas sí pueden acercarse con intenciones claras, como obtener un favor, ejercer control, buscar una relación sexual o manipular emocionalmente. En estos casos, la clave está en nuestra capacidad de observación y en la experiencia acumulada: con el tiempo, aprendemos a leer señales, patrones de comportamiento y diferencias entre una ayuda sincera y un interés encubierto.


Pero lo más importante, como subraya el Dr. Carbonell, es aprender a poner límites. Aunque otra persona tenga una segunda intención, tú decides hasta dónde permites que llegue. Tu claridad, tu capacidad para comunicar lo que esperas o no de una relación, y tu firmeza para proteger tus espacios emocionales, son tus herramientas más valiosas.

Por Instituto Carbonell 2 de junio de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, explica con claridad cómo la ansiedad puede influir profundamente en la percepción y la dinámica de una relación de pareja. Según él, muchas personas llegan a consulta con síntomas de ansiedad —como opresión en el pecho, sensación de ahogo o pensamientos confusos— que asocian automáticamente a problemas con su pareja. Esta asociación puede ser acertada, pero también puede ser engañosa , y por eso es necesario profundizar antes de llegar a conclusiones. Carbonell subraya que la ansiedad personal muchas veces se proyecta sobre la relación de pareja . Cuando uno no se siente bien consigo mismo —por causas como el trabajo, los cambios estacionales, el estrés o incluso alteraciones hormonales o emocionales puntuales—, es fácil culpar a la relación o a la otra persona , simplemente porque es lo más cercano y lo que más impacto tiene en nuestro día a día. El error frecuente, explica, es interpretar el malestar interno como una señal de que la pareja no funciona o de que la otra persona “no aporta lo que debería”, cuando en realidad, lo que puede estar ocurriendo es una crisis personal que necesita ser identificada y tratada de manera individual . Asimismo, el doctor señala que las relaciones de pareja implican una convivencia emocional intensa , donde también se comparten las cargas emocionales. Por eso, si uno de los dos está atravesando un periodo de ansiedad, puede afectar el flujo de la relación sin que eso signifique necesariamente que el vínculo esté roto o destinado a fracasar. El mensaje clave del Dr. Carbonell es de precaución y autoconocimiento : si estás sintiendo ansiedad dentro de tu relación, antes de tomar decisiones drásticas, pregúntate si estás bien contigo mismo, si tus emociones pueden estar nublando tu juicio o si lo que realmente necesitas es ayuda profesional individual para recuperar el equilibrio. Muchas veces, con una pequeña intervención o guía externa, la relación puede volver a fluir con naturalidad .
Por Instituto Carbonell 1 de junio de 2025
 El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, plantea una reflexión crítica sobre una frase muy extendida en la cultura del desarrollo personal: “Nada es imposible, si quieres, puedes.” Lejos de repetirla como un mantra motivacional, la desmonta con realismo y compasión. Según el Dr. Carbonell, esta frase, aunque aparentemente inspiradora, puede ser muy dañina y culpabilizante . Muchas veces, se utiliza para señalar a las personas que no han alcanzado sus metas como si el único motivo fuera su falta de esfuerzo, voluntad o pasión. Esto no solo es falso, sino también injusto. La realidad es que la vida está llena de condicionantes : el entorno, las circunstancias personales, el estado emocional, la salud mental, los recursos disponibles, el apoyo que se recibe y hasta la suerte, juegan un papel fundamental en los resultados que obtenemos. Por tanto, no todo depende únicamente de quererlo mucho. El Dr. Carbonell resalta que todos hacemos lo que podemos con las herramientas que tenemos en ese momento. A veces se consigue y a veces no. Y eso no significa fracaso ni falta de mérito. Lo importante no es caer en la trampa de estas frases hechas, sino mantener la paz con uno mismo y valorar el esfuerzo realizado , aunque no haya dado el resultado esperado. También subraya que la vida es larga, y las oportunidades pueden surgir en otro momento. No lograr algo hoy no quiere decir que nunca lo lograrás , y no hay que vivir con la frustración constante de no haberlo conseguido todo.
Por Instituto Carbonell 30 de mayo de 2025
 El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona sobre un tema delicado pero común en cualquier tipo de relación: la mentira. Cuando descubres o sospechas que alguien te ha mentido, especialmente una persona cercana como una pareja, un amigo o un familiar, es natural que surjan dudas, inseguridad y desconfianza . Pero el Dr. Carbonell sugiere abordar esta situación con cabeza fría y perspectiva. No todas las mentiras son iguales , ni todas tienen la misma intención ni el mismo impacto. Hay mentiras puntuales que pueden surgir por múltiples razones: para evitar un conflicto, por vergüenza, por miedo o incluso por considerar que ciertos detalles no son importantes. Estas pequeñas omisiones o versiones acortadas de la realidad no siempre son señales de manipulación o falta de amor. El doctor enfatiza que una mentira puntual no define a una persona como mentirosa . En vez de caer rápidamente en la desconfianza o en el resentimiento, la mejor vía es la confrontación serena y directa : hablar con la persona, expresar lo que has notado o sentido, y tratar de entender el porqué. A veces, con una buena conversación, se puede desactivar un conflicto mayor y aclarar una situación malinterpretada. Ahora bien, la situación cambia si la mentira es reiterada , si notas que tu vínculo se ha convertido en un juego constante de adivinanzas donde nunca sabes si lo que te dicen es cierto. Si esa persona te lleva a vivir en la sospecha, en la duda o en la ansiedad frecuente , ya no se trata de una mentira aislada, sino de un patrón. Y en ese caso, dice el Dr. Carbonell, es completamente legítimo plantearte si esa relación te compensa emocionalmente . También pone sobre la mesa una reflexión importante: todos, en algún momento de la vida, hemos dicho alguna mentira . No con esto justifica la falta de honestidad, sino que nos invita a no idealizar a nadie, ni a reaccionar de forma desproporcionada ante un error aislado. El mensaje es claro: la confianza es fundamental, pero también lo es la comprensión . Y cuando una mentira te duele, no la guardes en silencio: exprésala, analiza, y decide con madurez qué hacer a partir de ahí.