Cuando uno de los dos no está bien

23 de junio de 2025

El Dr. José Carbonell reflexiona sobre una situación frecuente en la vida de pareja: los momentos en los que uno de los dos miembros no se encuentra bien emocional o psicológicamente, y cómo esto puede afectar negativamente la relación. Señala que es completamente normal atravesar baches personales debido a múltiples factores como el trabajo, la familia, los cambios vitales o el estrés cotidiano, pero muchas veces no se es consciente de que ese malestar individual está teniendo un impacto en la dinámica de pareja.


Según su experiencia clínica, cuando una pareja acude a consulta, uno de los primeros pasos que toma es evaluar a cada persona por separado. En muchos casos, identifica que uno de los dos está atravesando un proceso emocional difícil: puede tratarse de un período adaptativo, un cuadro depresivo o incluso un trastorno de ansiedad. Estos estados afectan directamente a aspectos fundamentales de la relación, como la comunicación, la motivación, la ilusión y la energía compartida, provocando así una sensación de desconexión o malestar dentro del vínculo afectivo.


El Dr. Carbonell advierte que, si no se reconoce esta situación, se corre el riesgo de malinterpretar los síntomas del malestar personal como una señal de que la relación ha dejado de funcionar. Muchas personas, ante estos escenarios, piensan que la solución está en romper o buscar a otra persona, sin darse cuenta de que lo que en realidad necesita atención es el bienestar individual.



Por ello, insiste en la importancia de acudir a un terapeuta cuando la relación empieza a sufrir. Reconocer que uno de los dos no está bien y hablar de ello con un profesional puede ser el inicio tanto de una mejora personal como de una recuperación de la conexión en pareja. Hay solución, afirma el doctor, pero requiere valentía para identificar el problema y dar el paso hacia la ayuda profesional.

Por Instituto Carbonell 22 de diciembre de 2025
El vínculo entre humanos y animales se conoce desde hace casi 15 000 años. Investigaciones como las de la Cátedra de la Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona muestran que esta unión tiene efectos directos en la salud mental y física de ambos. Diversos estudios indican que la interacción entre persona y canino tiene beneficios psicosociales medibles. De hecho, tener un perro es un indicador de satisfacción vital equivalente al contacto frecuente con amigos y familiares. Además, los programas de terapias asistidas con animales han demostrado que el vínculo con perros mejora el bienestar emocional, cognitivo y social. Asimismo, esta unión entre ambos puede: Ayudar a reducir el cortisol (la hormona del estrés) Aumentar la oxitocina (la hormona del amor y del apego) Mitigar el sentimiento de soledad Fomentar el sentido de responsabilidad Reforzar la autoestima Facilitar la expresión emocional Mantener un ritmo cardiorrespiratorio más relajado Fortalecer el sistema inmunológico En opinión del Dr. Carbonell, los beneficios de convivir con un perro se extienden a muchísimos aspectos del bienestar de las personas. Son un miembro más de la familia, una fuente de afecto y amor incondicional… por algo les llaman “el mejor amigo del hombre”.
Por Instituto Carbonell 22 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que las infidelidades ocultas son extremadamente difíciles de sostener y generan un desgaste personal enorme, porque vivir dos vidas paralelas casi nunca funciona. Advierte que la otra persona puede descubrir la infidelidad en cualquier momento, lo que puede generar chantaje o vulnerabilidad emocional. Recomienda que, ante estas situaciones, lo más importante es pensar en uno mismo, acudir a un terapeuta o psicólogo y valorar de manera consciente los pros y contras de las decisiones, evitando caer en dinámicas destructivas que comprometan la salud emocional.
Por Instituto Carbonell 21 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que las rupturas inesperadas ocurren cuando un proyecto de vida compartido se desmorona sin aviso, a pesar de que una persona esté haciendo todo lo posible por mantenerlo. Señala que, ante estas situaciones, no se puede especular sobre el futuro ni depender de la otra persona; lo primordial es centrarse en uno mismo y en la propia recuperación. Recomienda apoyarse en un terapeuta o psiquiatra para procesar la experiencia, aprender de ella y construir una nueva vida que aproveche lo positivo vivido, sin quedar hipotecada por el fracaso o las experiencias negativas.